Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Era necesario meter a Teresa de Calcuta en esto?"

Necesario no, imprescindible. Soy religioso pero, más allá de la religión, Teresa de Calcuta tiene una manera fantástica de explorar las relaciones humanas. Es básica, simple, concreta.

Los entrevistados felices dan tristes entrevistas.

Porque parecen cursis, pero no me considero feliz. Me gusta la alegría de vivir, me empleo cada día para lograrla porque la vida lo merece.

Tengo un poco de miedo a que me arrolle.

Perdón, perdón. No es mi intención, pero explico un tema que me apasiona, la Psicología Positiva. Mi trabajo es muy fácil, porque lo difícil no es explicar sino aplicar.

Ser del Barça es arriesgar mucho en los tiempos que corren.

Ser del Barça da muchas alegrías, el drama será el día que se retire Messi. Nos hundiremos, preveo una depresión colectiva. Adoro a mi mujer y a Messi, no sé cómo viviremos sin él y trabajo en una ponencia al respecto.

¿Lo suyo también sirve para despedir a un trabajador?

He trabajado con gente que lo hace. Se puede despedir con cariño y respeto, aunque siempre es un drama. ¿Sabes en qué momento me rebelo? Cuando me cuentan que "hemos de reducir personal porque no damos la ratio de beneficios". Tienen ganancias y despiden, para maximizar el rendimiento. Es un mundo de mierda.

¿Los Macron son la familia del futuro?

Defiendo una familia que se ame, lo importante de la vida familiar es sentirse querido. En las empresas no te quieren por quien eres, sino por lo que haces y por la rentabilidad que te extraen.

Tal vez usted solo intenta camuflar que las cosas están peor de lo que parecen.

El día que sea un actor, perderé la dignidad. Me creo mucho lo que explico. No todo es un desastre, no hemos de mostrarnos siempre pesimistas. Lo sabemos, pero necesitamos recordarlo.

O inventarlo.

El optimismo existe, lo sentí en la carretera de Manacor que recorrí el otro día disfrutando del inmenso verde. No lo valoramos porque vivimos aquí, y solo nos preocupa el exceso de turistas. Piensa en veinte cosas fantásticas que hayan ocurrido en tu vida.

Es imposible que tanta gente sea feliz al mismo tiempo.

Si no puede serlo un millón, pues medio millón. No soy un gracioso ni un chistoso, quiero un máximo de gente con principios. ¿Me llaman iluso? No hablo del mundo que tenemos, sino del que queremos.

La mejor motivadora que he visto es la madre del asesinado niño Gabriel.

Ha mostrado una generosidad brutal, al alcance de tan poca gente. Yo sería incapaz. Las personas no nos impactan por su dinero o su cargo, sino por su manera de ser. Nos atrapa la gente buena.

¿El momento más importante del día es la hora de levantarse?

En mi caso es al final de la jornada, con la cervecita de premio salvo que marque Messi.

¿Algún día le han fallado las fuerzas para levantarse?

Cada día. Y cada tres días lo enviaría todo a tomar por saco, porque vivimos en un mundo que tiende al desánimo. Estar alegre es una elección, no es genético.

Su imagen es fundamental, ¿se teñirá las canas?

Mi imagen no es fundamental. Me ven despeinado, tengo canas, arrugas y una nariz horrorosa. Además me muevo mucho, para transmitir pasión. Si fuera guapo y joven, lo tendría más fácil todavía.

El entrenador del Baleares contra los motivadores: "Son los consejos que me daba mi madre a los doce años, a 700 euros la sesión".

Totalmente de acuerdo, me gusta. Es el sentido común de las abuelas, pero muy necesario porque estamos tan desorientados como pollos sin cabeza.

¿Qué más motivación necesita un tío con veinte empresas?

¿Tú crees que un tío con veinte empresas es feliz? Los hay que están cargados de millones y absolutamente amargados. Conozco al hombre más feliz del mundo, y trabaja de empleado en un bar. La felicidad la da la relación con los demás.

Admite que copia a otros, un punto de honradez.

Porque lo mío es tan evidente. Copio y pego. No tengo capacidad para crear o investigar, no soy experto ni tonto.

¿Qué diferencia hay entre un líder y un champiñón?

¿Tienes un jefe? A ver si estás de acuerdo. El líder ayuda a ser mejores personas y profesionales a los miembros de su grupo. La inmensa mayoría no tienen este chip. Ponen el equipo a su servicio, ordeno y mando. Hay mucho mediocre.