El Centre Flassaders se convirtió ayer en un taller de diseño y costura para la IV Marató de Reciclatge Creatiu de Roba, una actividad que fomenta la creación a partir de la reutilización de prendas recicladas. El objetivo es concienciar a los ciudadanos y diseñadores de la reducción de residuos textiles. Los 27 participantes inscritos trabajaron durante nueve horas en sus diseños, que al final el jurado evaluó. Los finalistas se harán públicos la semana que viene.

La IV Marató de Reciclatge Creatiu de Roba es una iniciativa de la Escola d'Art i Superior de Disseny (EASDIB), la Fundació Deixalles y el Consell de Mallorca, en un intento por aumentar la sensibilización en el ámbito del upcycling, o lo que es lo mismo, la creación de nuevos productos a partir de otros desechados. Representantes de estas instituciones participan en el equipo evaluador, junto a la diseñadora Ela Fidalgo y la directora creativa y comunicadora Anuska Menéndez.

Desde primera hora de la mañana, cuando llegaron 500 kilos de ropa como base textil para las creaciones, los participantes trabajaron siguiendo la técnica de origen japonés del mullage, que ajusta la prenda directamente sobre un maniquí. Los requisitos eran aprovechar al máximo las piezas de ropa reciclada y generar un residuo mínimo, así como dotarlas de una segunda vida creativa. Este maratón también aportó una novedad: los tallajes realistas, mediante maniquís moldeados a partir de cuerpos reales, para evitar la talla única y romper estereotipos.

La mayoría de participantes repiten la experiencia y han destacado su motivación por la esencia de esta iniciativa, que une creatividad y reciclaje. Según el estudiante de la EASDIB, Víctor Gil, "las nuevas generaciones de diseñadores cada vez tienen más en cuenta el aspecto medioambiental". Otra alumna, Anna Iranzo, destacó la consolidación del maratón. "Nos habían hablado muy bien del proyecto", afirmó. La falta de concienciación en torno al problema del residuo textil fue otro de los temas comentados. "Los desechos son la cara olvidada de la ropa", dijo la estudiante Estela Martí. "La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, el residuo anual de tejidos es desorbitado. Es un sector individualista y egoísta", remarcó Victòria Gil.

Formación ecológica

El "ecodiseño" se quiere potenciar como una herramienta de los futuros diseñadores, junto con la creatividad y la experiencia directa. Los planes de estudios, adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior, homologaron esta tendencia en los programas formativos. Una modalidad que tiene en cuenta parámetros como la sostenibilidad, el uso de materias primas de origen certificado o recicladas, y la tendencia del u pcycling, dando una nueva función a la ropa, "una reencarnación", puntualizó la vicedirectora de la EASDIB, Margalida Canet.

Esta Marató Creativa de Reciclatge de Roba forma parte de las políticas para encaminar la gestión de residuos hacia la "reducción, la reutilización y el reciclaje", resumió la Consellera Insular de Medi Ambient, Sandra Espeja. El residuo textil es el gran olvidado en las políticas de reciclaje y en las conciencias domésticas. El objetivo es "pasar de un circuito lineal a uno cíclico", remarcó.

La Fundació Deixalles recoge unas 1.300 toneladas de ropa al año en Mallorca, que selecciona para vender de segunda mano y genera ocupación. Aún así, el material recogido genera un 13 por ciento de rechazo. La fast fashion afecta a la ecología, mediante una "obsolescencia percibida", es decir, la rápida caducidad basada en las modas, que fomenta el consumo e incrementa los residuos. "La incorporación de grandes marcas de baja calidad genera ropa de usar y tirar, lo que dificulta una segunda vida", afirmó la directora de la Fundació Deixalles, Xesca Martí. Asimismo, reivindicó que "la moda genera ocupación y diversifica el sector económico, para no depender sólo de los servicios".