Lejos de las intensas historias de amor del cine y la literatura, existe un amor más cercano y simple, más cotidiano, que se encuentra, se vive y se ve en las pequeñas cosas. Como el de Bàrbara Capó y Pedro Florit, conocido como l'amo en Perico,l'amo en Perico de Búger.

Se casaron hace 67 años, el 31 de enero de 1951. Ella tenía 22 años, casi 23; él, 28. Al menos esa es la conclusión a la que llegaron tras discutirlo con su nieto, porque "yo con las fechas nunca me he fijado", dice Bárbara, que está a punto de cumplir los 90; y, según l'amo en Perico, que tiene 95, "de eso hace mucho tiempo". Ante la discusión de las fechas, l'amo en Perico recuerda que "estuvimos festejant. Explica que, en esos tiempos, para festejar en el pueblo se paseaban por el Carrer Major. "Y siempre por la tarde, antes de la puesta de sol. Al caer la noche cada uno estaba en su casa", menciona Bàrbara.

Además, el festeig de antes nada tiene que ver con el de ahora. "Paseábamos por la calle pero nunca solos, sino con el grupo de amigos y amigas", dice. Cuando se veían, tenía que haber alguien con ellos, y las tardes que quedaban, siempre en casa de ella las pasaban "descansando y conversando".

Se ríen al intentar recordar por qué se quedaron el uno con el otro. Lo inexplicable sigue existiendo. "De eso hace ya mucho tiempo. Si no me hubiera gustado no me hubiera casado. Pero él me daba conversación y yo, que estaba con mis amigas, le correspondía", recuerda Bàrbara, que señala una estantería llena de fotos: "Para mí era muy guapo".

Ahora, cada uno desde su sillón del comedor de la casa donde viven en Búger (que es en la que nació Bàrbara) miran la televisión, escuchan la radio y se hacen compañía. Y, aunque aseguran no salir mucho dan un corto paseo una vez al día. "Suerte que aún podemos salir", dice l'amo en Perico, y despunta, suavemente, el temor de la vejez.

Compañía

"De jóvenes nos veíamos muy poco. Yo veía a mis hijas dormidas en la cama. No recuerdo haber llegado a mi casa algún día antes de las 10 de la noche", cuenta Florit. "Trabajaba muchas horas", señala Bàrbara. Pero, aún así, continúa, "no nos hemos separado nunca, siempre hemos estado juntos". Ella considera que para que una relación dure mucho es necesario entenderse, sufrir un poco los dos y saber perdonar, "tanto uno como para el otro". Y es que una relación duradera, un matrimonio como el más longevo de Búger, según él, también requiere paciencia y trabajo.

Qué es el amor es una de las preguntas más universales de todos los tiempos, y su mar de respuestas es infinito. Pero, muchas veces, no hacen falta demasiados adornos para describirlo. Quizás es en esas pequeñas cosas donde hay que buscar las respuestas. Quizás solo haya que esperar respeto, entendimiento, comprensión. Más allá de las aventuras, de las montañas rusas de sentimientos, de despojar margaritas. Quererse bien, más que mucho. Porque más allá de la ficción, se encuentra la realidad que se puede adaptar y moldear. Como han hecho, poco a poco y después de 71 años de conocerse y compartir la vida, Bàrbara y l'amo en Perico. "¿El amor?", pregunta ella, "querer al otro, no querer que le pase nada, que te haga compañía".