El Blue Monday es el día más triste del año, según una fórmula matemática que establece el tercer lunes del año como el día más triste del año. Los factores que favorecen este fenómeno son las deudas navideñas, la motivación, el tiempo, y la necesidad de tomar decisiones entre otras variables.

Pero, ¿realmente existe? Hemos hablado con María Fernández, la autora de 'El pequeño libro que hará grande tu vida'. Esta escritora y 'coach' personal nos da las claves para afrontar el Blue Monday.

CH: ¿Existe el Blue Monday?

María Fernández: Existe el estudio y tiene todo el sentido que el tercer lunes de enero sea un día un poco "bajito" porque la gente se ha quedado sin dinero después de las fiestas, sigue haciendo frío y lejos de haber cumplido sus propósitos siguen comiéndose el turrón que sobró de las navidades. Pero no deja de ser un día de bajoncillo. Nada más.

CH: ¿No crees que decir que existe el Blue Monday hace que la gente se sugestione?

María Fernández: ¡Qué va! Es curioso saberlo y ya está. Es interesante ver cómo funcionamos. Tú has podido tener cinco Blue Monday este año sin haberte dado cuenta y haberlos superado tan ricamente. Pero lo que no sabemos es que la tristeza también tienen su función. Y un día 'blue' como dicen los americanos también es necesario, para regenerarse emocionalmente, y escucharse. Todas las emociones tienen una función. Incluso las malas. Sólo hay que saber leerlas.

CH: ¿Cómo se puede superar un día gris?

M.F: Usándolo como un momento de recogimiento que nos invite a la reflexión y a la introspección, o poner al mal tiempo buena cara y animarnos socializando y a través del contacto físico. Tenemos que aprender a pedir que nos mimen. Una caricia o un abrazo une y reconforta. También es importante

mimarse a uno mismo. Es bueno reclamar mimos, pero también saber dárnoslos a nosotros mismos.

Por otro lado, reírse es otra de las opciones. La risa a carcajadas aumenta nuestra capacidad respiratoria, reduce la presión arterial, envía oxígeno a nuestros tejidos, influye sobre nuestro sistema hormonal, y estimula la producción de endorfinas.

Moverse y nutrirse también es bueno. Podemos revelarnos al Blue Monday y al hecho de no haber mantenido nuestros propósitos, haciendo todo lo contrario. Dedicarnos ese día a desintoxicarnos, comiendo alimentos alcalinos como fruta y verdura y practicando algo de deporte.

Finalemente, otra de las formas de sobrellevarlo es la dulce cura de sueño. Si nada de lo anterior nos ha funcionado podemos aprovechar para descansar. Irnos temprano a la cama y dormir un par de horas más hará que al día siguiente no sólo nos encontremos en plena forma física mental, sino que tendremos más humor y nos encontraremos más atractivos físicamente (ya que nuestra piel estará más oxigenada).

CH: ¿Hay días grises realmente? ¿No se puede pensar que si el día ha comenzado mal, es justo en ese momento cuando va a empezar a ir bien?

M.F: ¡Por supuesto! Tu puedes empezar tu día cuando quieras. Como si decides cambiar el chip a las diez de la noche.

Lo que nos sucede cuando "nos levantamos con el pie izquierdo" es que, por un motivo nimio, cambiamos nuestra predisposición hacia lo que nos pasa. Si tú tienes la convicción de que el día, al haber empezado mal, acabará de la misma forma, es porque tu cerebro ya está predispuesto. Este tipo de días se dan cuando entramos en bucle en uno o dos eventos negativos de ese día, y no salimos de ahí.

En el fondo, todo vive en nuestra cabeza. No se trata de lo que pasa, sino de la interpretación que le damos. Nosotros tenemos la capacidad de transformar eventos aparentemente negativos en positivos. O, al menos, de darle una visión positiva.