"Qué desastre, con el viento que hace". El incendio de grandes dimensiones en el Coll de Síller, en el municipio de Pollença, que se declaró a última hora del pasado miércoles y obligó a desalojar 60 viviendas, hizo saltar todas las alarmas entre los lectores que manifestaban su "temor y tristeza" ante el fuego forestal.

"Lo único que nos falta es terminar el año con media isla quemada y bosque arrasado. Gente desesperada con el frío y el viento que hace", se desesperaban muchos ante las dificultades a las que se enfrentaron los equipos de emergencia para extinguir el fuego, en plena noche y por los fuertes vientos que dejó el temporal Bruno´ en las islas.

Los vecinos desalojados declararon haber sentido miedo en muchos momentos, mientras los bomberos lucharon para impedir que el fuego alcanzara unos depósitos de gas cercanos a la zona afectada, que cada vez iba creciendo. "No se pueden explicar la tristeza y los nervios", comentaban en las redes los más cercanos al desastre.

El incendio que arrasó 80 hectáreas en 20 horas fue causado por el cortocircuito que se produjo en un transformador de Endesa, además de las adversas condiciones meteorológicas, según la hipótesis inicial. Afortunadamente, los vecinos desalojados pudieron regresar a sus viviendas sanos y salvos de madrugada, por lo que todos felicitaban a los equipos que lucharon contra el fuego.

Más desolados quedaron muchos con la muerte de Lluís Jaume Estelrich, mientras practicaba windsurf en Alcúdia el pasado miércoles. Los pésames y muestras de cariño a la familia se sucedían en las redes sociales desde que se conoció el trágico suceso.

"Luis era muy buena gente, con un nivel más que suficiente para navegar en las condiciones de viento y mar que habían el miércoles. Tuvo la desgracia de sufrir un infarto. Deja tres hijos y una mujer. Una tragedia sin más", explicaban sus allegados con gran pesar.