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Crítica de arte

Artista, quiero más de ti

Detalles de dos de las piezas exhibidas. a.f.h.

Audubon Ballroom es el nombre del teatro de Manhattan donde fue asesinado el activista afroamericano Malcom X en 1965 mientras daba un discurso en una reunión de la Organización de la Unidad Afroamericana. Y Audubon Ballroom es también el título de la obra ganadora del VIII Certamen de Artes Plásticas Dijous Bo 2017, ejecutada por el artista José Juan Fiol Alemany, quien se inspira, precisamente, en este magnicidio para la realización de su recién premiado trabajo. El artista recurre a ciertas obras icónicas de la historia más reciente del arte para reinterpretar la paradigmática escenografía de la muerte del líder estadounidense, substituyendo determinados elementos del decorado con préstamos del trabajo de artistas como Kosuth, Malevich o Friedrich, expresando visualmente ciertos significados relacionados con el trágico suceso.

El díptico, realizado al óleo sobre tela, recuerda algo al estilo de Paco Pomet, reconocido artista granadino que transforma magistralmente fotografía en pintura, modificando, eso sí, algunos elementos de la imagen original para provocar una sensación de divertida extrañeza. Semejante uso del color, (in)definición de contornos, pincelada suelta, evocaciones al trabajo de otros artistas, pero sobre todo, cierto realismo enrarecido (con matices más trágicos en Fiol y más irónicos en Pomet) que hacen de las obras de estos dos artistas una propuesta fresca y atractiva.

Aunque no es mala la calidad de los trabajos presentados por los artistas participantes en el Certamen de Artes Plásticas del Dijous Bo de este año, la verdad es que se echan en falta proyectos más innovadores y originales. Un número considerable de las obras expuestas en "Sa Quartera Centre d'Art" de Inca deja entrever de forma más o menos evidente su herencia artística procedente de alguno de los movimientos más representativos del arte contemporáneo. Parece como si muchos de los artistas actuales necesitaran legitimar su trabajo con evocaciones constantes a la obra de históricos y reconocidos colegas. ¿Acaso es que ya está todo hecho? ¿No hay nada más donde rascar?

No lo creo, por muchos siglos que pasen, el arte siempre, siempre, tendrá algo nuevo que decir, algún detalle insólito que proponer, o una visión diferente que dar. Porque el arte, como maravillosa materialización de la capacidad humana para crear, es el reflejo de la personalidad íntima de su autor, sujeto creativo único, con inquietudes y personalidad propias, con su historia individual y colectiva y con su particular manera de ver, afrontar y expresar el mundo. Puede haber arte tan diferente y lleno de matices como existen personas tan diferentes y llenas de matices a su vez. Sería más interesante que los artistas dejaran de mirar tanto la historia del arte para mirarse más a ellos mismos, arriesgándose a mostrar lo que de verdad son, gustara al público o no. Ahí está la gracia (y el gran reto). Seguro que en cada artista hay algo nuevo y especial que aportar, hasta que no lo encuentren, sin embargo, quizá mejor que continúen buscando.

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