Cuando Alberto Cabanes acudía a visitar a su abuelo Clemente a la residencia de ancianos en Ciudad Real, todo eran sonrisas. Los compañeros de su abuelo no dudaban en acercarse a conocer y contar 'batallitas' al nieto, y entre ellos, sobre todo, Bernardo. Nunca había tenido hijos y estaba solo, su único deseo era tener un nieto.

Todo esto, podría parecer el argumento de la última película de estreno de fin de semana, pero nada más lejos de la realidad. La historia de Cabanes y Bernardo fue real y desembocó en algo más. Cuando Bernardo pidió a los Reyes Magos un nieto para toda la vida, Cabanes acudió con una suerte de contrato de adopción y le dijo lo que más quería escuchar: "Te adopto como abuelo". Una enternecedora situación que llevó a Cabanes a conformar lo que hoy en día se ha convertido en un entramado de voluntarios en expansión y con proposiciones de dar el salto al extranjero.

"'Adopta un abuelo' comenzó en Madrid después de la experiencia de Alberto en Ciudad Real y ahora ya se ha extendido hasta 26 ciudades", comenta Alfonso Mata, vicepresidente y embajador general de la fundación. "Conocí a Alberto poco después de que empezara con el proyecto y le pedí llevar su idea a Pamplona. Era la primera vez que se sacaba a otra comunidad. El año pasado me nombró vicepresidente y dejé de ser coordinador de la zona y voluntario", explica.

Porque como él, Cabanes y el resto de responsables de este proyecto se han formado desde la experiencia para dar vida a una idea innovadora y que en el último año ha crecido como la espuma y sin parar. "Ya contamos con 550 voluntarios para 275 mayores", señala Mata. Aunque la cifra de solicitudes para serlo es bastante más amplia. Hasta 4.000 personas están a la espera de recibir una certificación como nietos adoptivos y lanzarse a un mundo amable a la par que duro. "Muchísima gente lo pide pero hay que hacer entrevistas y procesos muy estrictos para poder participar", sentencia Mata.

"La población envejece"

Con los ancianos, los chavales, la mayoría de franjas de edad entre los 18 y los 24, hacen todo tipo de actividades, fraguan una relación de amistad. "Cuando, tanto a los abuelos como a los voluntarios, les preguntas qué es para ellos la otra persona lo tienen claro. O un amigo o un nieto de verdad", afirma el vicepresidente. Una situación que hace que no todo el mundo sirva para lanzarse de lleno a la experiencia. "Damos formación a la gente cuando es seleccionada porque no hay que olvidar que son personas que pueden morir pronto. Hay algunos voluntarios que después de ese trago por primera vez deciden dejarlo, pero eso solo es muestra de que su relación fue más allá".

Toda una idea que pone de manifiesto datos muy concretos sobre la ancianidad en España. Más de 8 millones de personas pasan de los 65 años, mientras que un total de 329.000 se encuentran ingresados en residencias. Aunque no es el único dato. Según el Instituto Nacional de Estadística, "se ha observado en los últimos años un incremento de los hogares unipersonales en personas de 65 y más años, aunque las proporciones son más bajas que en otros países europeos".

Según Mata, relacionado de primera mano con este sector de la población, "en poco tiempo, España tendrá el doble de ancianos. La población envejece y es un problema". Porque son muchos los que acaban solos, sin familia y sin ni siquiera pareja. En la teoría, son chavales que van a hacer compañía, pero en la práctica es mucho más. "Se van de compras, a tomar algo, realizan todo tipo de actividades... esas personas no podrían haber hecho eso en la última etapa de su vida sin sus nietos adoptivos", confirma el vicepresidente, que añade que "la relación que se forja con la persona a la que vas a acompañar abarca otra dimensión, incluso no se puede comprender".