La Mare de Déu de la Salut de la parroquia del Terreno ha recuperado su esplendor original gracias a la labor de restauración realizada por especialistas del estudio Xicaranda bajo la dirección técnica de Isabel de Rojas. Después de un año de trabajo, la imagen será devuelta mañana viernes a su emplazamiento habitual en la iglesia de la barriada palmesana. La restauración ha sido financiada en su totalidad por el empresario Gabriel Escarrer, quien fue monaguillo de la parroquia.

Una imagen redescubierta

La talla de la Mare de Déu de la Salut fue hallada en el año 1928 tras un retablo de la iglesia de Portopí. Fue trasladada a la parroquia del Terreno en los años 40, donde sustituyó a una escultura de la Virgen de menor valor. Popularmente, se pensaba que la figura era de la época medieval, pero se trataba tan solo de una creencia. A raíz de esta intervención "se ha podido demostrar científicamente que es una talla de transición románico-gótica, datable en las primeras décadas del siglo XIV", explica Alfredo Claret, gerente de Xicaranda. Este descubrimiento es especialmente importante: "En Mallorca hay muy pocas tallas que se puedan datar en esta época. Esta imagen se descubrió en 1928, pero se ha vuelto a descubrir en 2017 a raíz de la restauración".

Acometer la recuperación de la Mare de Déu de la Salut no ha sido sencillo. El trabajo físico ha tenido una duración de seis meses, a los que hay que añadir otros tantos en los que se han realizado los exámenes y análisis previos, incluyendo radiografías y TAC llevados a cabo en la clínica Rotger. Han sido necesarios, además, encuentros entre los técnicos y la propiedad a fin de determinar hasta dónde se podía llegar.

Destaca Antoni Pons, rector del Terreno, que los trabajos debían tener en cuenta que la escultura es una imagen devocional: "Había una gran preocupación por si la figura seguiría siendo reconocible por los feligreses", apunta. Tanto el capellán como los técnicos coinciden que se ha conseguido el equilibrio necesario. "La Mare de Déu es un icono del Terreno, es muy reverenciada y ahora que el barrio están tan deteriorado es una referencia para los vecinos", añade Pons.

Isabel de Rojas explica que el proceso de recuperación se inició con el análisis de las patologías. Destaca que había un ataque de insectos xilófagos muy fuerte, que la figura del Niño Jesús estaba desplazada y que tenía pérdidas. Se propuso una intervención rápida para atajar la carcoma.

Análisis posteriores confirmaron la sucesión de intervenciones a lo largo de la historia y la inclusión de añadidos metálicos, de madera, corchos o yesos. También se constata que la talla del niño es posterior a la de la Virgen y data del siglo XVIII. Están facturados, además, en maderas diferentes: ella en chopo y él en cedro americano. La intervención ha sacado a la luz la estética propia de la época con rasgos son más primitivos, planos y angulosos. "Para ser lo más éticos posible la transformación ha sido mínima. Resaltamos el resto más abundante y hemos buscado el nivel más coherente", concluye De Rojas.