Nunca sobra un brillante. O las luces de colores. O la exageración en forma de diamante. O la cursilería. O el derroche. O el exceso de purpurina. Tampoco hay que rechazar la extravagancia, el histrionismo o litros y litros de champagne. Todo eso y más, mezclado cual cóctel de verano, es Paris Hilton. Ni un punto más ni una coma de menos. La rica heredera neoyorquina sabe su papel, lo representa, se divierte y, además, gana un pastizal por ello. Dicen las malas lenguas que cobra más de 300.000 euros por sesión, pero es una cifra sin confirmar. No juzgamos si lo merece o no, aunque, visto lo visto la madrugada del jueves a viernes en Tito's, al menos la americana se lo trabaja, aunque sea a base de playback y sesión musical grabada en una memoria USB.

La alfombra roja anunciaba velada de las inolvidables a las puertas de la discoteca del Paseo Marítimo dirigida por un Jaime Lladó nervioso y expectante. No era la primera vez que Paris Hilton visitaba la sala palmesana, aunque esta vez había contrato de por medio, compromiso de photocall y entrevistas con los medios. La cita era a las dos de la mañana pero como pasa con las novias, siempre hay que esperar.

Limusina blanca a las puertas, falsa alarma y revuelo juvenil. Mucho público extranjero, algún paisano despistado y flashes de móviles disparando al vacío. Segundo intento, pasados 30 minutos del horario previso, ahora sí, con la protagonista en el interior de un monovolumen negro. La bisnieta de Conrad Nicholson Hilton y heredera del gran imperio hotelero se sabe la estrella y no dudó en, a golpe de linternita de i-Phone, darse los últimos retoques de maquillaje. Sombra aquí, sombra allí y besito con su chico para coger aliento. Lo que le esperaba allá fuera era un ejército de fans ansiosos por ver a la rica americana.

"Agradecida, emocionada"

Rodeada de una nube de guardaespaldas y la seguridad privada de Tito's, Paris Hilton logró llegar hasta el punto pactado donde captar las mejores imágenes. Gafas de sol -ya saben, por si los focos deslumbran-, vestido minifaldero plateado y sonrisa de enamorada. No puede negar la empresaria que atraviesa un momento dulce en compañía de su novio, el actor Chris Zylka, al que hemos podido ver en la aclamada serie The Leftlovers. "Somos 100 por 100 compatibles, mi alma gemela", se la oyó decir. Lo que sí contó a DIARIO de MALLORCA es lo feliz que estaba de volver a la isla. "Hace diez años pasé unos días extraordinarios con mi familia e, incluso, vine de fiesta y a bailar aquí a Tito's. Por eso hoy estoy emocionada y agradecida de poder enseñar algunas de mis últimas canciones y poder hacer que la gente se lo pase bien".

Y no se le puede negar el mérito. Ya triunfa en sus otras muchas facetas. En 2004 lanzó su línea de perfumes para ellos y ellas, diseña bolsos, joyas, ropa, tiene una cadena hotelera con su nombre y además ahora, se ha convertido en una cotizada pinchadiscos. De ahí que huya del estereotipo de niña mimada. "Podría estar todo el día sin hacer nada, pero me gusta trabajar. Soy una mujer de negocios y tengo las cosas claras".

Con más de siete millones de seguidores de todo el mundo en Instagram, Paris Hilton remató la promoción de Mallorca con un "qué bonita es esta ciudad, la amo". Y así, se marchó a refrescarse durante unos minutos a un reservado de Tito's para poder prepararse para lo que realmente había venido. Cantar y hacer bailar a su público. En la pista, cientos y cientos de personas ya bailaban al ritmo del dj residente y disfrutaban con las performances que ofrece la discoteca y sus increíbles gogós, pero Paris aún lograría que el fin de fiesta tuviera sabor a Moët & Chandon y lluvia de confeti y serpentinas.

Si a su llegada el color plata fue el protagonista, para su actuación Paris Hilton escogió el azul cielo. El mismo con el que se iluminaban los cientos de palitos fluorescentes con su nombre grabado y que se movían al compás que mandaba la celebrity que, quizás como guiño al país, inició su actuación en Tito´s cantando -no en directo- Summer Reign, tema compuesto y producido por dos valencianos, Chris Daniel y Dj Suri, y que cuenta con letra de la propia Hilton y su amiga y compositora, Stinson. Sonaba muy veraniego.

El plato fuerte de la noche, y tras bajar del escenario, llegó cuando la empresaria se colocó en la cabina. Todo el material, previamente supervisado por su manager y también por su novio, que en algún momento quiso ejercer de Dj tocando algunos de los botones de la mesa de mezclas. Una mano hábil impidió el experimento, por si las moscas.

A Paris Hilton se la vio disfrutar como una niña. Auriculares de plata y brillantes, micrófono en mano saludando a los asistentes y muchos besos al aire. Que así se gana uno a la audiencia.

La sesión se prolongaría durante más de una hora y no faltaron los temas más actuales en las pistas de baile. Nada fue improvisado y, aunque resultó algo artificial, todo el universo en torno a Paris Hilton rezuma cierto aire optimista.

Cuentan que bajo el anonimato de sentirse rodeado y protegido por cientos de incondicionales de la estrella invitada de la noche bailó de lo lindo Felipe Juan Froilán, el primogénito de la Infanta Elena. No lo vimos en la pista aunque sí al piloto de motociclismo David Salom, y algunos de los protagonistas de la Mallorca Fashion Week que celebraron el fin de fiesta en Tito´s. Esperemos que a algunos de ellos les dijera eso de I love your dress (me encanta tu vestido) como sí hizo con quien escribe. Y es que, una cita con Paris, bien merece un poco de glamour.