El próximo viernes llega a las pantallas españolas A 47 metros, una película de terror dirigida por el británico Johannes Roberts que se nutre de los miedos ancestrales y sumerge, y nunca mejor dicho, al espectador "en un infierno de emociones" que se desarrolla íntegramente bajo el agua.

Quien así la define es su guionista, Ernest Riera, que ha compartido con Roberts la coescritura de sus últimas cintas, desde F (2010), a El otro lado de la puerta (2016), un equipo "bien engrasado" por años de amistad, dice, que parte de sus propios miedos a la hora de sentarse y escribir: "No somos cínicos buscando terrores", comenta el mallorquín.

"El miedo es muy diferente según la cultura y además, cambia con el tiempo, de ahí la dificultad de escribir terror", reflexiona Riera.

La película se desarrolla en una playa paradisíaca de República Dominicana a la que han llegado las hermanas Kate ( Claire Holt) y Lisa ( Mandy Moore) para pasar "las mejores vacaciones de sus vidas", lo cual incluye la oportunidad única de sumergirse en una jaula para ver tiburones blancos.

Pero lo que debería haber sido una experiencia emocionante se acaba convirtiendo en una pesadilla cuando la jaula se suelta del barco y quedan atrapadas en el fondo del océano.

Con ese punto de partida, A 47 metros es un "carrusel de emociones que te hace pasar miedo, y mucho -afirma Riera-, al tiempo que te mantiene tenso todo el rato. Metemos al espectador en el agua le sometemos a un batido de emociones fuertes, un descenso al infierno, para que se sienta abandonado en el fondo del mar".

"Lo que intentamos es reflejar los miedos de la sociedad, y los tiburones, la falta de aire y el desconocimiento de por dónde viene el mal es una de las pocas constantes", añade el guionista, aunque -se ríe- "los periódicos dan mucho más miedo".

La película tiene la particularidad de haber sido rodada íntegramente en el agua, lo que, además de complicar considerablemente el rodaje, obligó a los directores técnicos a "inventar" modos de registrar el sonido directo debajo del agua, que "es auténtico" gracias a un sistema de interconexión triple desde las máscaras de respiración de las chicas.

Argumentalmente, explica Riera, "indagamos en el drama de la soledad de dos personas en una situación limite que no cuentan con nadie, y en este caso, menos aún con los hombres, que son precisamente quienes les empujan a su fatídico destino. El espectador siente algo por ellas, se identifica con sus angustias y su miedo", comenta el guionista.

También, dice, es diferente el punto de vista desde el que se cuenta la historia, "dos mujeres rubias, bellas, floreros aparentes, que son capaces de luchar por su vida sin perder la feminidad, heroínas que no tienen nada de hombre".

Con un final atípico, "diferente", del que Riera está muy orgulloso, la cinta sobrepasó todas las expectativas tras su estreno internacional el pasado 16 de junio, con 41 millones recaudados en salas, que la han convertido en la película independiente más taquillera de Estados Unidos en 2017.

A 47 metros llegará a las salas españolas el próximo viernes 21 de julio.