Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Corresponsal en... s'Arenal

El ´picador´ mallorquín todavía vive

Convive con el fracaso, pero saborea como nunca el éxito. En la Platja de Palma también se puede ser romántico, aunque sea por una noche y con una extranjera desconocida

En la Platja de Palma también se puede ser romántico, aunque sea por una noche y con una desconocida extranjera. Por mucho que parezca que se hayan extinguido como los dinosaurios, la figura del 'picador' mallorquín todavía existe y mantiene la misma ilusión que sus revolucionarios predecesores. Aunque sea una palabra que evoque a la década de los sesenta y setenta, cuando los jovencitos de la época aprovechaban el 'boom' turístico para flirtear con turistas con la única intención de acabar ligándolas, todavía hay chicos, aunque muchos de ellos ya pasan la treintena, que tienen el mismo fin. Sacrifican horas de dormir, por lo que ponen en peligro su salud y gastan dinero, mucho dinero, con la única intención de satisfacer sus sueños amorosos. O libidinosos, todo hay que decirlo. Por supuesto que todo esto suena a machismo, pero es que todavía no se ha visto ni rastro de mallorquinas que tengan las mismas pretensiones.

Las alemanas son las suecas de antaño. Y para encontrarlas hay que integrarse. O lo que es lo mismo, acudir a los numerosos locales en los que solo suena música germana y, por supuesto, solo se bebe cerveza teutona. Solo faltaría. Cuanto más 'guiri' parezca el lugar, mucho mejor. Y de eso la Platja de Palma va sobrada. El 'picador' huye de discotecas en las que haya españoles. Y mucho menos residentes. Y le da igual si es martes o sábado, aunque al día siguiente trabaje a las 9 de la mañana. Su obsesión es conquistar extranjeras. Nada le da más placer que hacerlo. No necesita saber alemán para cortejar, aunque dominar el inglés siempre ayuda.

?Cada uno tiene su propio estilo. Los hay que se quedan en la barra observando la situación hasta que se produzca el 'flechazo' y también los hay que se meten en el centro de la pista para dominar el escenario. Los hay que hablan con todas y los que no saben cómo romper el hielo. "¿Por qué estás aquí si tú eres mallorquín?", es la pregunta que más se le formula a un 'picador', casi al mismo nivel de otra clásica: "Vienes aquí a ligar con turistas, ¿verdad?" En el primer caso hay que recordar que la foránea es ella y en el segundo siempre hay que negarlo. El 'picador' convive con el fracaso, pero saborea como nunca el éxito, aunque llegue a cuentagotas. Una alegría hace olvidar las decepciones anteriores. Hay historias de amor que son para toda la vida, pero la mayoría acaban esa misma noche. El 'picador' es consciente de que cada semana, en esos mismos locales, llegan nuevas turistas. Y la vida sigue.

Compartir el artículo

stats