Aún sin llegar a digerir la pérdida de Víctor Barrio, la muerte, siempre tan presente en cada paseíllo, sorprende de nuevo tan sólo once meses después, para apropiarse de Iván Fandiño en un viaje hasta la eternidad. Pero la vida, que es el mayor espectáculo que existe, debe continuar y la grandeza del toreo radica, precisamente, en la crudeza y dureza del mismo y sus circunstancias

Escasamente horas después de la tragedia, el coso de Muro acogió sobrecogido la lidia y muerte de dos novillos de El Onsareño a cargo de Mariano Aguiló y El Velilla. Ambos demostraron correctas aptitudes frente a los astados mallorquines de los que cabe destacar el extraordinario juego del segundo, 'Palomo', por su largo recorrido, nobleza y prontitud en su embestida. Un caramelo.

Desencajonada del domingo 25

Tras la lidia ordinaria se procedió al desembarque en el ruedo de los de Partido de Resina a lidiar en la corrida de Sant Joan, por Javier Castaño, Alberto Lamelas y Christian Escribano.

Seis astados de imponentes hechuras y trapío con toda la seriedad e integridad en su cornamenta, propios de cualquier plaza de toros de primera categoría.