Tres niñas de Llucmajor, Paula Fiol, Emma Molero y Andrea Toro, de 10, 11 y 10 años, respectivamente, podrían enviar un robot turístico a la Luna al haber quedado seleccionadas entre los 12 equipos finalistas de todo el mundo, el suyo es el único de Europa, en el concurso internacional de robótica Moonbots, vinculado al premio internacional Google Lunar X Prize. Unos años atrás, estas crías no podían ni imaginarse que su afición a los legos acabaría por convertirlas en protagonistas de una odisea en el espacio.
El responsable es Daniel Alvià, un ingeniero de telecomunicaciones que montó b STEAM, una empresa que busca "acercar el mundo de la ingeniería a los niños a partir de 6 años, a través de talleres y seminarios", indica. En un campo de verano y en actividades extraescolares, Paula, Emma y Andrea mostraron dotes para la robótica. No se conocían. Ahora su afición las une. Son las Tecno Girls.
"Les propuse crear un club para fomentar la tecnología, el concepto STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) entre las tres niñas, porque creo firmemente que hay que cambiar la tendencia de que es un ámbito exclusivamente de hombres", cuenta Alvià.
Así nacieron las Tecno Girls, un espacio en el que no está permitida la entrada a varones y donde ellas dan apoyo en calidad de "facilitadoras" al resto de compañeras. "Le pusimos este nombre porque nos gusta bailar", cuentan y danzan a la vez las tres. Son 'buenas en robótica', pero son niñas. Ahora están revolucionadas por el eco internacional alcanzado.
El concurso establecía que cada equipo debía presentar un vídeo de dos minutos en el que exponían qué legado dejarían en la Luna. Se presentaron 240 equipos de todo el mundo, y quedaron clasificados 166. La última criba dejó solo 12, entre ellos, las Tecno Girls. Son las únicas representantes de la Unión Europea. El resto de grupos proceden de Estados Unidos, México, Suiza, India, Malasia, Ghana, Nueva Zelanda e Israel.
"¿Quién nos iba a decir que tres niñas de un pueblo de Mallorca iban a quedar seleccionadas en un concurso internacional de robótica?", comenta Alvià.
Tormenta de ideas
"Al principio, todas decíamos cosas. Se nos ocurrió dejar galletas quelis, o colocar una bandera con todas las banderas del mundo. Elegimos algo que fuera útil a la humanidad y a los aliens", cuentan Paula y Emma, las más pizpiretas del trío. Andrea es la más tímida, pero siendo la más pequeña, les lleva ventaja con los legos. "A los 8 años, me regalaron el Lego friends, un kit de robótica", cuenta. Las tres no se consideran "genios", sino tres niñas "normales" a las que les gusta jugar a fabricar robots "porque con ellos aprendemos", aseguran. Acabaron eligiendo un robot guía turístico que dibujaron entre las tres.
Un domingo, a primera hora, recibieron la noticia. "Habían sido elegidas y pasaban a la final", se escuchó desde el teléfono. Los padres las despertaron. "Empezamos a llorar, reír, saltar, bailar", cuentan las Tecno Girls.
El 10 de junio van a hacer una presentación pública en el Observatorio de Costitx del vídeo seleccionado. Todo el material gráfico se enviará al certamen.
Ahora, con los nervios a flor de piel, se enfrentan a rematar su idea premiada. Tienen que construir un tablero de 1,80 x 1,80 que sea una recreación de la Luna donde su robot debe ir a cumplir la misión de ser un guía turístico. "Ha de hacer lo que nosotras le digamos", cuentan. Están trabajando en crear el juego de robótica que transcurrirá en su tablero. En julio, aún no se sabe fecha, harán una conexión en directo con California para enseñarles al jurado su proyecto. A final de mes se despejará la incógnita.
Ganen o no, la recompensa es enorme. Su vídeo, junto al de los otros 11 equipos seleccionados, se meterán en una cápsula con destino a la Luna. Un trozo de Mallorca estará en este satélite. Al ritmo de las Tecno Girls.
