El aprendizaje en el IES Antoni Maura no se basa sólo en el tradicional sistema de clases materia impartidas por un profesor. Los alumnos dedican seis horas semanales, contempladas en su plan de estudios, a proyectos educativos ideados por el centro. Trabajo en equipo y aplicar los conocimientos que les han enseñado. El objetivo es que los alumnos sean capaces de llevar a la práctica los conceptos aprendidos en las distintas asignaturas. El colegio les enfrenta a retos que deben superar por ellos mismos.

Durante las últimas seis semanas, los alumnos de primero de ESO han sido los propietarios de un restaurante, ficticio, situado en el Molinar. Un establecimiento al borde de la quiebra y sin clientes. Los alumnos debían conseguir que el local alzara el vuelo. El proyecto en cuestión, llamado MauraChef, lo que pretendía era que aplicasen conocimientos de matemáticas, de tecnología para crear una web e incluso de economía. Pero sobre todo, que los estudiantes buscaran soluciones entre todos para sacar a flote el restaurante.

Estos proyectos están siempre supervisados por el profesorado. Y los alumnos no están exentos de una evaluación. Los grupos van ganando insignias a medida que superan los retos que les pone el colegia. Según la dirección del centro, como si fuesen los logros que obtienen en los videojuegos. Pero los proyectos no son actividades extraescolares dedicadas al ocio. Son aprendizaje a través del entretenimiento.

Educación entre fogones

Para los grupos de primero de ESO, el MauraChef supuso tener que crear un menú saludable, calcular el precio de los platos según el coste de mercado. Los grupos tuvieron que elegir un nombre para su establecimiento con una lluvia de ideas. Y también tuvieron que hacer un estudio de mercado real para elegir que clase de restaurante. Pero, según el centro, sobre todo tuvieron que aplicar muchas matemáticas y hacer un gran uso de la regla de tres para calcular los precios.

Tras un mes y medio de trabajo, los distintos restaurantes se enfrentaron ayer al último reto. Un total de 19 grupos participaron en el concurso de cocina MauraChef. Una competición culinaria que emulaba a la de TVE. El jurado, formado por profesores, contó con una invitada muy especial, Vicky Pulgarín. Aunque la ganadora de la segunda edición de MasterChef ya conocía a los alumnos. Les había enseñado a emplatar y algunas trucos.

Los alumnos tuvieron que preparar uno de los platos de su menú y presentarlo al jurado. Luego, ante sus compañeros, exponer su proyecto. Y aunque todo iba con nota, al final lo importante era aprender.