"Eivissa me ha elegido a mí, es primavera, hace sol y tengo buenos amigos en la radio, aunque me gusta más Menorca. Vivo en Madrid, no hay mar y la posibilidad de salir 48 horas del asfalto se agradece una barbaridad", explica la popular periodista. En su programa 'Hora 25', que se emitió ayer en directo desde el Ayuntamiento de Vila, abordó "lo bueno y lo malo de Eivissa, desde la vivienda y la problemática de los lugares volcados con el turismo que acaban expulsando al autóctono hasta la gastronomía". Un menú prometedor.

Àngels Barceló (Barcelona 1963) analiza la actualidad de los medios con la valentía y el rigor que caracterizan su profesionalidad.

-¿La radio se ha vuelto viajera por necesidad, para competir o por la facilidad tecnológica?

-La radio es poco viajera. Hay dos tipos de viajes, los que haces en sitios donde pasan cosas y los que permiten explicar a los oyentes habituales como es un lugar y ver otras realidades que a veces no conocen. Es importante salir de la zona de confort de la radio, hay oyentes que nos dicen que la radio suena diferente y se habla más de los temas más cercanos. Hay vida fuera de los estudios de la radio y, ademas, es interesante ver cómo se hace un programa de radio en directo. Se palpan muchas cosas.

-¿Hay más empatía?

-Mucha más, me gusta llegar un día antes, pasear, hablar con la gente y conocer la realidad del lugar. Puedes ver al oyente al que siempre te imaginas que le hablas y ves en vivo cómo reacciona cuando le gusta lo que haces o se aburre.

-¿Cómo ve el momento actual de la radio en España?

-Lo veo muy bien, sigue estando ahí. Los periódicos estan debatiéndose entre lo que quieren ser cuándo sean mayores y lo que les está costando ser lo que actualmente son. La televisión se ha convertido en algo insulso. La radio sigue siendo un referente en los momentos puntuales informativos y tiene mucha presencia. Goza de buena salud y la radio hablada, salvo en Colombia y España, casi no existe, pero aquí funciona y tiene mucho predicamento. El problema está en cómo afronta la brecha generacional.

-¿Cómo se evita la perdida de audiencia entre los más jóvenes?

-El reto es ver si conseguimos que los jovenes puedan seguir enganchados a la radio como nosotros. Captar las nuevas generaciones es el gran reto, más que las nuevas tecnologías.

-¿Hasta qué punto internet ha revitalizado el medio radio?

-Para otros medios internet ha sido la muerte pero para la radio es una herramienta. La posibilidad de escuchar cualquier programa o entrevista cuando quieras, haciendo otras cosas o cuando te apetezca es vital. Es otra manera de escuchar la radio, lo cual nos obliga a pensar cómo la gente la escucha ahora y adaptarnos a ello. La gente no tiene una prioridad horaria para escuchar un programa. Nadie está ya pendiente de a qué hora se emite un programa. Lo escuchan como y cuando quieren.

-¿El periodismo tiene futuro con las nuevas tecnologías?

-Hay un futuro muy incierto por muchas razones, primero por la crisis que nos ha esquilmado a todos y por los propios periodistas, no tenemos claro qué hacer. Hay una mezcla de opinión, información que no está definida y muchos programas, sobre todos televisivos, que han hecho mucho daño a la profesión. Los propios periodistas tenemos que definirnos, ver la relación que mantenemos con el poder y los políticos. Deberíamos sentarnos un día y ver hacia dónde vamos, al margen de que la sociedad nos reclamara otro rol.

-¿Cómo se combate la falta de rigor y la falsedad de las noticias en redes sociales?

-La falta de veracidad y la falsedad se pelea con periodismo y rigor. Twiter dice cosas, pero hay que contrastar la veracidad de una noticia. Los atentados de Francia son un buen ejemplo, alguien tuiteó la noticia de un tiroteo pero hay que contrastarla, ver cómo ocurrió y qué dimensión tiene. No se puede hacer periodismo en 140 caracteres. Eso es otra cosa, llámala como quieras, pero no es periodismo. Pueden ser alertas o 'trumpmanía'.

-¿Qué papel juegan los avances tecnológicos en los medios?

-A mí me pilla mayor tanta evolución y no me gustaría que modificara mi forma de trabajar. Me gustaría ser capaz de visualizar hacia dónde vamos pero todavía me sorprende ver en el punto en que estamos. Nos hemos acostumbrados a trabajar con móviles, ordenadores y demás, pero soy incapaz de pensar hacia dónde vamos y no sé si estoy preparada para trabajar en esa dirección. No me veo compitiendo con la gente que hace periodismo a través de las redes, ni con otro tipo de periodismo en el que no me he formado. No sé si seré capaz de seguir muchos años

-¿Ha cambiado el periodismo?

-No sé si este oficio tal como le entendemos ahora tiene más años de vida.

¿Volverá a la televisión?

-No, la echo de menos porque me gusta mucho la televisión y la imagen. He crecido y me he formado en la imagen pero no me he planteado volver. La echo en falta en momentos puntuales cuando hago una cobertura en un campo de refugiados o una emergencia porque la imagen es muy potente y ayuda mucho, se ve diferente. La televisión que se hace ahora no me interesa y no veo ningún hueco donde encajar. He pasado página.

-¿Hay solución a la corrupción?

-Me preocupa que el partido más corrupto sea el más votado y que parece que no tienen que dar explicaciones al pueblo. La gente tiene la solución cuando vota.