El rugido de los motores, el pitido de los cláxones, el olor a goma quemada y un mar de motoristas que empieza delante de El Corte Inglés y se extiende hasta la Calle de Manacor. La Vuelta a Mallorca en Moto reunió ayer a unos 5.000 participantes, aunque no todos hicieron el recorrido completo. Muchos sólo acudierona la concentración para sumarse a la salida, que en la primera línea cuenta con la asistencia de Laia Sanz.

Conocida como La Reina del Desierto y con 18 títulos a sus espaldas, es la mujer que más veces ha terminado el Rally Dakar.

Desde muy temprano los motoristas han empezado a congregarse en la Avenida d´Alexandre Rossello. Motos de todos los colores, tamaños y marcas, pilotadas por personas de distintas edades. Participantes de un evento conocido internacionalmente que lleva, a quienes completan el recorrido, por toda Mallorca. Una oportunidad para descubrir, o redescubrir, de otra manera la isla.

A pesar de la amenaza de lluvia de las grisáceas nubes los motoristas no se acobardaron. "Creo que tendremos que sacar el chubasquero", bromeaban algunos con sus compañeros. Y sin lugar a dudas si empieza a llover iban a necesitar ese chubasquero, aunque al final la lluvia no hizo su aparición. Nadie se dejó amedrentar por el mal tiempo. Y es que el ambiente fue festivo, todos en la concentración estaban animados y con ganas de empezar esta nueva edición.

A ritmo de rock´n roll los motoristas esperaron a que se marcara el inicio de la Vuelta a Mallorca en Moto. Los altavoces instalados en la entrada de El Corte Inglés funcionaron a todo volumen, tapados en ocasiones por el rugido de los motores. Pero hasta las 10 horas no se dió, en un sentido metafórico, el pistoletazo de salida.

El alcalde de Palma, José Hila, fue el encargado ,bandera en mano, junto a Marga Prohens del PP y un miembro histórico del club ½ Milla de dar el sus. Los motoristas partieron poco después haciendo rugir sus motores.

El unico incidente a reseñar se produjo en Banyalbufar, donde debido a la coincidencia de dos autocares que circulaban en dirección contraria y la concentración de 5.000 motos, se produjo un embotellamiento que se prolongó durante 45 minutos, con el correspondiente enfado de los afectados: turistas y motoristas.

La prueba finalizó alrededor de las siete de la tarde cuando llegaron los últimos participantes.