-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Qué es lo más duro que le ha dicho a un árbitro?”

-He llegado a decirle que “creo que el partido ha estado muy caliente, y que lo has llevado bien”. El respeto al árbitro es fundamental en el rugby. El fútbol se está desvirtuando. La gente se engorila y se le va la olla.

­-La violencia es intrínseca en el rugby.

­-Es un deporte agresivo y de contacto, con placajes y bastante combate. Puedo motivar a mis jugadoras pidiéndoles más intensidad en el partido, pero nunca llego a la falta de respeto al rival.

-¿Cuántas veces ha visto el vídeo de Alaró?

-Una, y no lo he querido volver a ver porque tengo mucha empatía. El vídeo me angustió, porque el deporte es una plataforma social para integrar personas. En rugby hay un tercer tiempo simbólico, donde el local invita al visitante y se dice que “menudo placaje me has metido”.

­-Hace unos años le hubiera preguntado si el rugby es un deporte femenino.

-He escuchado barbaridades como que “el rugby femenino ni es rugby ni es femenino”, y hace daño. O niñas que comentan que “he dicho en el colegio que juego a rugby y se han reído de mí”. El deporte no tiene sexo, pero no pueden romperse todos los estereotipos de un día para otro.

-¿Cuál es su lesión más aparatosa?

-Una rotura de clavícula en accidente de moto, y el cruzado jugando al baloncesto. En el rugby hay golpes y duelen, pero no me he roto el hombro ni las rodillas.

-¿Los papás, calladitos?

-En vez de preguntar “¿has ganado?”, han de plantear, “¿te lo has pasado bien?”

-Niñas de Son Roca y de San Cayetano jugando a rugby.

-Tenemos la campaña “Ningún niño sin rugby” en colegios. Se crea un grupo heterogéneo y pasan cosas maravillosas. Dos niñas de diferentes recursos juegan juntos y aprenden más allá del rugby. Trabajan en equipo y desarrollan la solidaridad. Se lo llevan a casa.

-Y creíamos que los violentos eran los ‘hooligans’.

-Los niños hacen lo que ven en casa o en su entrenador. Si les aconseja “tírate al suelo sin que te toquen”, llegará un momento en que le harán caso. En rugby cortamos desde el principio al niño violento.

-¿El sueño son hombres y mujeres compitiendo juntos?

-Es una utopía, hay mucha diferencia física. En rugby, niños y niñas juegan juntos hasta los 16 años, pero la diferencia es grande a partir de los doce.

­-”Las chicas tenemos más miedo al fracaso”.

-No lo digo orgullosa, nos lo han impuesto de pequeñas y me gustaría cambiarlo. Por ejemplo, entreno a hombres y mujeres. Les planteo el mismo ejercicio, lo explico y ellos se lanzan de inmediato. Ellas miran y preguntan antes de hacerlo.

­-¿En el rugby playa visten como en el volei playa?

-Visten igual que en el rugby 15, con polo y camiseta pero descalzas. En el volei playa, me parece ridículo que una mujer tenga que rebajarse a la indumentaria que le impone una federación de hombres. ¿Es más interesante el culo de una jugadora de volei o la cara de esfuerzo cuando remata?

­-La última mujer que entrevisté me defendió el trabajo de las azafatas en carreras ciclistas.

-También puede haber hombres. Estoy en contra de desnaturalizar el deporte y el esfuerzo que conlleva, de que se utilice a la mujer solo como un cuerpo o un objeto sexual. Las deportistas han de elegir su vestimenta, bikini o mallas, pendientes o velo.

-¿Su lema es “mejoro cuando me equivoco”?

-Cuando lo haces bien, pones el piloto automático. Cuando fallas, te creces en el conflicto. Cada vez me doy más permiso para equivocarme, y estoy contenta. Ya pensaré después. Me impongo objetivos largoplacistas.

­-¿Hay que suspender el partido en que se llama “tonto” al árbitro?

­-Estas medidas son una tirita, se ha de educar en valores.

­-Estoy un poco harto de la palabra “valores”.

-Es básico el respeto al rival y al árbitro, sin los cuales tu hijo no puede jugar. Es absurdo que los padres se piensen entrenadores.

­-Entonces, una mujer puede hacer cualquier trabajo.

-Puede elegirlo. Si físicamente le falta fuerza, tiende puentes. No puedo sacar a un hombre de 250 kilos de un incendio, pero sí organizar la estrategia para coordinar mi equipo y rescatarlo.

­­-Señora politóloga, la veo de candidata.

­­-De aquí a quince o veinte años. Nunca me he afiliado a un partido, aunque Monedero y Pablo Iglesias fueron mis profesores en la Complutense.