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Entrevista

Nika Vázquez Seguí: "La clave de la felicidad es ser coherente con uno mismo y esforzarse"

En su volumen, la experta sugiere una serie de consejos para huir de la angustia o el estrés

La psicóloga Nika Vázquez Seguí.

Nika Vázquez (1982) es licenciada en Psicología por la Universidad de València. Además, posee diversos másteres que la han llevado, entre otras muchas actividades académicas y terapéuticas, a coordinar e impartir cursos de Inteligencia Emocional y a colaborar con la sección Apoyo Psicológico Online de la Fundación Eduardo Punset. Actualmente ejerce como psicóloga en sus consultas de Valencia, Barcelona y Mallorca.

-'Aporta o Aparta es su primer libro, ¿qué lo diferencia del resto de ejemplares de autoayuda?

-Es un conjunto de las reflexiones que he ido recopilando de mis consultas. Una muestra más sencilla y directa con la que las personas se pueden ver fácilmente reflejadas. Una combinación de lo que pasa en consulta, de las reflexiones personales junto con mi vida personal.

-¿Qué debemos apartar de nuestra vida?

-No se trata de apartar, sino de aprender del pasado y no preocuparse por el futuro. Para mí la clave de la felicidad es ser coherente con uno mismo, con lo que se piensa, con lo que se siente y con lo que se hace. Cuando eres un ser holístico y todo tu ser va hacia un mismo objetivo, tienes paz e inevitablemente, la felicidad.

-Decirle a una persona que se queda en el paro tras 30 años de trabajo, con cargas económicas, que es posible ser feliz puede sonar incluso ofensivo.

-Es difícil y por supuesto los problemas están en la vida. Más que los problemas son las situaciones que no esperamos. Al igual que los fracasos, que en realidad son las cosas que no han salido como esperábamos. La preocupación solo sirve para empeorar la situación. Prefiero cambiar el verbo preocuparse por ocuparse.

-Suena fácil decirlo. ¿cómo aplicarlo?

-Aunque sea complicado las cosas se van aclarando cuando te ocupas de ellas. En el momento en el que uno se vuelve más práctico, más pragmático. Al fin y al cabo es un hábito que hay que cultivar. Hay que ejercitar la mente para que en vez de preocuparse, actúe.

-¿Y los sentimientos, también se pueden gestionar?

-Lleva un aprendizaje, en eso se basa la inteligencia emocional. La cultura del esfuerzo, la comodidad reina y también se plasma en las relaciones. Hay muchas parejas que con una pequeña terapia se entenderían mejor haciendo un pequeño esfuerzo. Incluso los profesionales necesitamos ir al psicólogo.

-¿Cómo desglosar nuestros problemas?

-Lo primero es pararse a hacer una instrospección para sentirse. La gente se llena de experiencias pero no las vive. La gente debe trabajar la capacidad de estar consigo misma, todo lo tiene que expandir, todo lo tiene que contar. El hecho de aprender a estar con uno mismo, a sentir las experiencias, nos enseña y nos da los pasos para aprender a conocernos más.

-Incluso le saca ventajas al pesimismo.

-Nos hace ser más realistas, de lo que puede fallar, aprender a manejar un frustración antes de que pase. Tiene muchísimas ventajas. No es ser optimista o pesimista, sino realista, tener la ilusión de que va a ir bien pero con la opción de que también puede ir mal. Dejar que todo transcurra. Por ejemplo, las personas perfeccionistas tienen una preocupación constante cuando en realidad nunca va a estar perfecto. Es importante hacer lo que mejor uno sepa pero teniendo en cuenta que la perfección no existe.

-"Para ser feliz hay que aprender a ocuparse de los problemas, no de preocuparse por ellos"

¿Cómo callar a la voz de nuestra mente?

-Apreciando las pequeñas gotas de felicidad que tenemos en nuestra rutina. Un ejercicio muy sencillo para aprender a disfrutar del aquí y el ahora es el respirar, estar en contacto con nuestros sentidos. Vamos por la calle pendientes de lo que tenemos que hacer y enumerando la lista de la compra, en lugar de pasear y apreciar la luz que se filtra por los árboles, el observar el presente. Un ejercicio tan sencillo como escuchar, mirar, sentir?

-Ya ni hablamos de pasear o cenar pendientes del móvil.

-Es preocupante. Si ahora mismo estamos aquí, seguro que el que escribe puede esperar. Hay que centrarse en el aquí y el ahora, nada más importa.

-¿Por qué los libros de autoayuda se han convertido en una especie de manual de supervivencia del siglo XXI?

-Porque la gente se ha dado cuenta de que no lo sabe todo y de que la felicidad es mucho más importante de lo que pensábamos y no nacemos aprendidos. Al igual que no nacimos hablando, tampoco lo hicimos sabiendo canalizar los sentimientos. Ser feliz es un esfuerzo, un aprendizaje y los profesionales tratamos de compartir las herramientas para que pueda trabajarse y alcanzar la felicidad personal.

-¿Nos llegamos a dar cuenta del valor de la vida?

-Con el paso de los años. La gente lleva muy mal cumplir, cada año que pasa es uno más cerca del final, aunque invito a mirarlo como que es un año más que hemos compartido. Depende de la visión que cada uno quiera tener su propia vida.

-"Ser pesimista nos hace ser más realista y aprender a manejar mejor la frustración"

Al final de su libro aparece un decálogo con diez consejos para ser feliz.

-Propongo y sugiero una serie de consejos a lo largo del libro y al final los resumo. Todo lo que hacemos que sea por placer, por convicción, por sentir la necesidad del cambio y atreverse con cosas diferentes.

-¿Cómo colaborar con la sección Apoyo Psicológico Online de la Fundación Eduardo Punset?

-Fue una experiencia única. Es un maestro. Fue resultado de la conexión de dos personas desconocidas. Sin conocerme de nada me propuso coordinar un grupo de psicólogos porque se dejó "guiar por la intuición y mira qué bien nos ha ido", me dijo. Es muy importante hacer caso a la intuición.

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