Tuvieron que madrugar para enterarse en directo del primer gran premio del Sorteo de Navidad. Tan solo habían transcurrido quince minutos cuando se anunció el primer gran premio de la mañana, uno de los cuartos. El número 59.444, con 200.000 euros a la serie, daba la primera alegría aún con el café en mano.

El municipio más agraciado por este número fue el Port de Pollença. El estanco, en la calle Juan XXIII, repartió 280.000 euros con el segundo de los cuartos premios. Uno de los décimos que entregó fue para la abuela de una joven de 14 años que superó un cáncer este 2016. Así lo destacó ayer la premiada, Leonor Escribano, que quiso compartir su doble alegría papeleta en mano.

Esta mujer andaluza, que no cabía de la emoción, lo celebrará en Madrid con su nieta y toda la familia. No es la primera vez que esta administración reparte suerte en el norte de la isla. El año pasado ya otorgó también el segundo premio de la lotería del Niño con el número 92.225. En esta ocasión fue con el número 07.211.

También han repetido suerte en la administración de la calle Oms de Palma, donde tocó el décimo madrugador, el 59.444. María Antonia Puig mostró su entusiasmo deseando que uno de los premiados se acercase a celebrarlo. "Este premio es el estelar, es el rey de los sorteos. Hace especial ilusión entregarlo", aseguró. Tal era el ánimo de María Antonia Puig que decidió cambiarse de camisa cuando supo de la noticia y atendió a los medios con una amplia sonrisa. "Pensamos que fue uno de los primeros que vendimos. Estamos realmente contentos. Hay mucha gente que durante el año no juega pero en navidades se anima, y eso es muy bonito", declaró Puig a las puertas de la administración.

Ángela Ribas, madre del propietario de la Administración de Lotería de Can Picafort, sí se acercó a celebrar su décimo dotado con 20.000 euros. La noticia voló por el núcleo costero y creó cierta confusión, así que fueron muchos los vecinos que se acercaron a la oficina para averiguar si eran ellos los afortunados.

Madre e hijo celebraron por partida doble el premio, mientras comentaban que "nunca se sabe donde está la suerte" ya que el décimo premiado fue expedido el pasado viernes para un cliente que lo devolvió al no gustarle el número que le había elegido la propia máquina. "Era uno de esos boletos que se quedan sin vender y de los que se tiene que hacer cargo la administración, pero como aún no había comprado ninguno decidí quedármelo", comentó emocionada Àngela Ribas.

En Santa Catalina, la administración de lotería número 22 también adjudicó fortuna al vender varios décimos del número 59.444. En el punto de lotería, Ángel Recio Antolín, quien portaba dos boletos premiados, aseguró que destinará la cuantía (40.000 euros) a pagar algunas facturas que tiene pendiente y, sobre todo, a "recorrer mundo", a viajar. Antolín compró el décimo la noche del miércoles, "en el último momento". Iba a apostar a la primitiva cuando una compañera suya le pidió que comprara un décimo. De esta forma, el destino hizo que no comprara uno, sino dos: uno para ella y otro para él.