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Menores y alcohol

Menores en el botellón: el consumo de alcohol, cada vez más precoz

El caso de una niña de 12 años que falleció la semana pasada en Madrid tras sufrir un coma etílico pone en alerta a la comunidad sanitaria. En las islas, se empieza a beber con 13,8 años y casi el 50% de los jóvenes entre 14 y 18 se ha reunido con amigos en el último año para hacer 'botellón'

Un grupo de jóvenes haciendo ´botellón´ en Palma. b. ramon

"Los datos sobre el consumo de alcohol en menores son graves". Ésta es la conclusión a la que llega la coordinadora autonómica de Drogas de la conselleria de Salud del Govern balear, Xisca Bibiloni, a tenor de las últimas cifras oficiales conocidas sobre esta problemática sociosanitaria, de plena actualidad tras la muerte en Madrid de una joven de 12 años que entró en coma etílico durante la pasada noche de Halloween.

En las islas, detalla Bibiloni, un 75,8% de jóvenes que tienen entre 14 y 18 años ha consumido alcohol alguna vez en su vida. Un dato que se agrava cuando desvela que casi el 50% de los jóvenes baleares en esa franja de edad -los estudios de momento no incluyen la preadolescencia- ha practicado botellón con sus amigos durante el fin de semana en el último año. "Son cifras muy elevadas que dibujan una situación donde hay implicados agentes muy diversos: instituciones, municipios, familias, escuelas y educación", sostiene Bibiloni. La conselleria de Salud tiene sobre la mesa otro número preocupante: en los últimos seis años, la media de edad en que se inicia el consumo de alcohol en Balears se sitúa en los 13,8 años, una cifra que no ha podido corregirse pese a las distintas campañas de prevención puestas en marcha por administraciones y entidades sociosanitarias.

Los datos alarman aún más si se consulta la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (conocida como ESTUDES). Según el documento, tres de cada cuatro menores (de 14 a 18 años) españoles beben alcohol al menos una vez al mes, 11 puntos más que hace dos años.

La manera de beber, grandes dosis concentradas en pocas horas durante el fin de semana, también preocupa a los expertos. Por este motivo, la conselleria de Salud y los municipios de Mallorca han centrado sus esfuerzos en poner en marcha campañas de concienciación durante las verbenas estivales, propicias a las borracheras. "Los propios municipios de más de 20.000 habitantes han de tener un plan de drogas. Desde los ayuntamientos se vigila la prohibición de venta de alcohol a los menores y también se les da una formación a los que gestionan los bares y la barras durante esos días de fiesta para que hagan una dispensación responsable de licores", asegura Bibiloni, quien no duda en calificar este fenómeno como un "problema social" que se ve agravado por el hecho de que "los menores ven las bebidas espirituosas como la droga menos peligrosa".

Para la coordinadora autonómica, sería interesante que los jóvenes más mayores sirvieran de ejemplo para los preadolescentes. "Es primordial. Ahora se sospecha que el alcohol que bebió la chica de 12 años que falleció en Madrid lo compró un compañero suyo mayor de 18", apunta. Esta vía fue trabajada el pasado verano en las fiestas patronales de Mallorca. "Pusimos en marcha la campaña #nosiguisase, enfocada a mayores de edad. Se dispusieron mesas informativas en las verbenas y en ellas se daba la oportunidad a los que llevaban coche de hacerse una prueba de alcoholemia. Muchos de los que se hicieron el test no eran conscientes de lo que habían bebido y se sorprendieron al dar positivo", relata.

En edades más tempranas, en concreto en niños que estudian Educación Infantil o Primaria, la prevención en las escuelas es uno de los bastiones desde los que luchar contra el consumo precoz de alcohol. "Se trabaja de forma abierta. Se les prepara para que adquieran hábitos saludables en general, tanto en la comida como en la cuestión de practicar deporte. Cuando son un poco más mayores ya se les introduce de manera más directa en el tema de las drogas", precisa Bibiloni.

En cuanto a hospitalizaciones e intervenciones urgentes, la conselleria de Salud informa de que en la isla sólo se han dado dos casos de preadolescentes hospitalizados por intoxicación alcohólica en cinco años. En concreto, una niña de 14 años en 2013 y un chico de 13 en 2012. Una cifra baja si se compara con el trabajo intenso del Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU) 061 durante este 2016. Así, las ambulancias atendieron en Mallorca un único caso de intoxicación etílica en un niño de 12; cuatro casos, de 13 años: 21, de 14, y 22, de 15, edades en las que está prohibida la venta de alcohol.

Los adolescentes baleares con problemas de alcoholismo también son asistidos en los Centros de Atención a las Drogodependencias (CAD). "El de jóvenes, en la calle Fàbrica, está centrado en la atención a ciudadanos entre 14 y 21 años, pero también cogemos a chicos y chicas de menos de 14", señala el coordinador de los CADs del IB-Salut Juan Manuel Alonso. "Tenemos algún caso de niños de diez años con problemas de tabaquismo y alguno de 11 ó 12 con problemas de consumo de alcohol", desvela. "Sin embargo, las adicciones más severas a estas edades tan tempranas suelen ser con el cannabis, al cual se les suele asociar también el consumo de bebidas espirituosas", apunta. Este último extremo también lo confirma Projecte Home. "En 2015 fueron usuarios de los servicios de esta entidad 17 jóvenes entre 13 y 15 años por una adicción al cannabis como sustancia principal, aunque muchas veces ésta está ligada al consumo de alcohol", explican desde la institución presidida por Tomeu Català.

"La mayoría de personas que consume drogas y alcohol nos confiesa en las consultas que comenzaron a tomarlas y a beber con diez u 11 años", explica Alonso, también médico en estos centros de ayuda a la drogadicción. "Ahora mismo somos conscientes de que existen más casos de adolescentes enganchados al alcohol de los que nos llegan a los servicios", agrega.

Uno de los problemas más graves para este doctor es que los jóvenes no ven el peligro real en según qué drogas. "Se creen que son superhéroes, que no les van a afectar para nada", indica. Craso error. "No son conscientes de que el alcohol suele ser la puerta de entrada de otros estupefacientes y que puede haber consecuencias mucho peores como peleas o accidentes de moto o coche".

Las secuelas para la salud pueden ser muy serias. Alonso explica que el cerebro de una persona está en formación hasta los 21 años. "Imagínate las consecuencias que puede tener el alcohol u otras sustancias en una persona que consume desde los 12: daños en el sistema cognitivo, en órganos e incluso problemas psiquiátricos", enumera.

El coordinador de los CADs considera que cuando un joven de 12 años tiene necesidad de salir cada fin de semana y hacer botellón es señal de que algo negativo está sucediendo. "Es una cadena en la que están fallando muchos elementos: la familia, la educación, por qué se le está vendiendo alcohol a esa edad, etc.", concluye.

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