Australia tiene una de las historias más largas de ocupación humana continua fuera de África, pero se desconocía quiénes eran exactamente las primeras personas que se asientan allí, una cuestión que tiene implicaciones políticas obvias y ha sido muy debatida durante décadas. Ahora, el primer estudio genómico global de los aborígenes australianos revela que son, de hecho, los descendientes directos de los primeros habitantes de Australia.

El análisis del genoma de la población aborigen australiana revela cómo se produjo la salida de los primeros humanos de África, según un estudio genético en el que ha participado el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona. El estudio, que publica hoy la revista 'Nature', ha secuenciado el genoma de 83 aborígenes australianos modernos y el de 25 habitantes de Papúa, los vecinos del norte de los australianos.

A menudo se ha planteado la hipótesis de que los antepasados de los papúes modernos y los australianos tendrían que haber salido de África mucho antes que cualquier otra población para llegar a Nueva Guinea y Australia hace aproximadamente 47.000 años, como sugiere el registro fósil. Sin embargo, los investigadores descubrieron que esto probablemente no es así, sino que se estima que hace unos 72.000 años, una población ancestral común a los aborígenes australianos, europeos y asiáticos del este abandonó el continente africano.

Las secuencias de ADN muestran que los aborígenes australianos y los papúes se separaron conjuntamente de los europeos y los asiáticos hace unos 58.000 años. Unos 8.000 años más tarde, coincidiendo con el momento en el que las primeras personas llegaron a Sahul, el nuevo continente guineano/australiano, el tamaño de la población disminuyó.

El trabajo revela también que los aborígenes australianos habrían divergido de la papúes hace 37.000 años, mucho antes de que Nueva Guinea y Australia se separaran geográficamente, hace 10.000 años.

El misterio de los aborígenes de Australia

"Los aborígenes australianos han sido objeto de un misterio científico", afirma el autor principal, el profesor Eske Willerslev, del Centro de Geogenética con sede en Copenhague, la Universidad de Cambridge y el Instituto Sanger. "¿Como llegaron ahí? ¿Cuál era su relación con otros grupos? Y ¿cómo cambia su llegada nuestra comprensión de cómo se extienden las poblaciones? Tecnológicamente y políticamente, en realidad no ha sido posible responder a estas preguntas hasta ahora", agrega este investigador.

Aunque los autores encontraron pruebas de flujo de genes entre los grupos de la muestra, la población ancestral de los aborígenes australianos comenzó a estructurarse hace unos 31.000 años, creando así la diversidad genética observada en la actualidad.

El debate sobre si los humanos modernos migraron del continente africano en una o varias olas sigue siendo intenso entre la comunidad científica.

Este estudio y otro liderado por el investigador de Harvard David Reich concluyen que los australianos son principalmente el resultado de una sola salida de África, aunque no excluyen escenarios más complejos en los que habrían existido olas más antiguas de humanos modernos que habrían tenido muy poco impacto en el paisaje genómico de Australia y Papúa.