Dolor y mucha rabia. Los lectores se quedaron "sin palabras", conmocionados esta semana ante la muerte de un ciclista atropellado en la carretera vieja de Sineu por una conductora ebria que, como su compañera, cuadriplicaba la tasa de alcohol.

"Deberían cambiar el código penal, si los demás ocupantes saben que el conductor está bebido y no hacen nada por impedir que conduzca, subiendo incluso al coche con él, deberían ser cómplices del delito", era uno de los reclamos ante la tragedia en la que se vieron implicadas dos mujeres francesas, una de ella ya en prisión sin fianza. "Espero que no la dejen marcharse a su país, porque conozco el caso de un alemán encarcelado aquí por múltiples estafas, que pidió un permiso que le concedieron y jamás volvió", recordaba un lector que como todos pedía justicia y enviaba su pésame a la familia de la víctima.

"Y sigue habiendo muerte y nuestros gobernantes siguen sin adecuar los arcenes de nuestra isla para la práctica de ciclismo segura", señalaba un internauta, mientras otros exigían "más controles de alcoholemia".

"No hay consuelo ni justicia suficiente para la familia rota que ha dejado esta mujer", era el sentir de todos por la muerte del policía local de Palma, muy querido y respetado en Sineu, donde vivía.

Una sorpresa que animó a la mayoría fue las primeras precipitaciones importantes tras dos meses de tiempo cálido y seco, el pasado fin de semana. Las lluvias del 10 de septiembre dejaron en Mallorca hasta 44 litros por metro cuadrado y 540 rayos sobre el mar.

"Ya nos tocaba, bienvenida ha sido", celebraba un lector de la part forana, mientras otro exclamaba: "¡Menuda tromba de agua, impresionante!". "Entre Santa Maria y Consell a 50 por la autopista no se veía un palmo delante del coche del agua que caía", se asombraban también. Peor lo pasaron en Palma y alrededores donde muchos se quejaban de que "cayeron cuatro gotas para reírse y después un bochorno asqueroso".