Hay alguien ahí con tu propio rostro y todo lo que conlleva. Por fuerza debía atrapar al egocéntrico Saramago la hipótesis del ‘alter ego’ o ‘alter Saramego’, el ‘Doppelgänger’ de la tradición alemana que pasea con tu personalidad a cuestas. O viceversa. Martret y compañía acreditan una experiencia en el teatro no trillado, donde el juego de la experiencia compite con el texto, pero se enfrentan aquí a su reto capital. No ser la obra duplicada de la película ‘Enemy’, que hemos hecho lo imposible por olvidar pese a Mélanie Laurent.
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