­Con las primeras luces del día, llegaron a Lluc los primeros marxaires que participaron en la 43 edición del Güell a Lluc a peu, que a las once de la noche anterior habían emprendido la caminata hacía Lluc.

En esta ocasión, la marcha estuvo a punto de suspenderse por falta de apoyo institucional, hasta que finalmente el Consell se implicó en ello para que ésta continuara.

Unas 15.000 personas, según el Consell, se concentraron a la salida de Palma si bien muchos a lo largo del recorrido optaron por el abandono. No obstante cerca de 4.000 alcanzaron el objetivo propuesto. Unos con un recorrido de unas ocho horas llegaron al Santuario mientras que los más rezagados no llegaron hasta las 11 de la mañana.

En esta ocasión, los participantes no tuvieron que abonar cantidad alguna para su inscripción. Hecho que en anteriores ocasiones sí que lo hacían para cubrir los costes de la misma. Lo que fue valorado positivamente por los participantes.

A medida que avanzaba la mañana, la entrada del Santuario iba acogiendo a los caminantes y sobre las 9 se podía observar cómo muchos descansaban del esfuerzo que ello les había supuesto relajándose sobre el césped de los jardines así como en la fuente de la plaza dels Pelegrins. Mientras que otros optaban en seguida por reemprender en autocar la vuelta hacia Inca.

El último escollo que debieron superar los participantes fue el recorrido de Caimari -Lluc, lo que supuso para muchos que llevaban 40 kilómetros de recorrido su último esfuerzo para ver su objetivo cumplido, a pesar de que para alguno que era la primera vez preguntaban si todavía quedaba mucho para alcanzar su aventura. Una aventura que para algunos era ver cumplida una promesa por algún fervor como es el caso de la familia Ferreyra de s’Arenal, o bien de otros como el de Miguel Urtiagar, que pretendían acompañar a sus hijos menores en el recorrido.

Personas jóvenes y de diversas nacionalidades estaban presentes, pero sobre todo la juventud era quien más presencia tenía. La marcha contó además con participantes de localidades de la part forana como Andratx, Llubí, Inca...

A todos ellos se sumaban ya veteranos de la marcha como Juan Casasnovas, que ésta era su 34 edición a pesar de su 73 años de edad. Prácticamente desde que se inició la aventura hace ya años siempre ha estado presente a excepción de unos años que su presencia no fue posible por motivos familiares.

Tampoco entre los presentes faltó alguna curiosidad como la de Franklin Fraznao de Brasil, que pocas horas antes de la marcha se decidió por ella al escuchar la animación que había en las calles de Palma para el evento.

Los organizadores se mostraban satisfechos por las pocas incidencias que se habían registrado y poco antes de abandonar el Santuario lo agradecieron a la Virgen con una ofrenda floral, acompañados por el President del Consell Miquel Ensenyat, siendo recibidos por el Prior de Lluc P. Ricard Janer.