Me gusta
Solo hay que saber dar esquinazo al rol de ´chef´ para disfrutar de un gran día
Ya lo decía Georgie Dann: "¡Cómo me gusta la barbecue!". Es la excusa perfecta para pasar un día entre amigos sin gastar mucho ni maltratar al estómago. Añádanle unas copitas de vino y buena música y no le tienen nada que envidiar a un anuncio de Estrella Damm. Una jornada perfecta, salvo para el que tiene que ponerse ante las brasas. Para evitarlo, he aquí mi humilde consejo: den un paso adelante, asuman el papel... y quemen la carne. Puede que se ganen algunos enemigos, pero nunca más les volverán a ofrecer el delantal.
Ya no me gusta
Las barbacoas y el bricolaje nacieron para maltratar al vecino los domingos
Parece que la dicha nunca es completa. Ansías que llegue el fin de semana para descansar del mundanal ruido y ¡zas! te tropiezas con la barbacoa o el bricolaje del vecino, que son parecidos. Si tienes la suerte de disponer de una terraza o un amplio balcón para respirar el aire fresco, puedes olvidarte porque el olor a embutidos o carnes disiparán cualquier atisbo de brisa marina. Todo aderezado con gritos de los organizadores. Reivindiquemos un domingo sin parrilladas grasientas o que estas se alejen de los núcleos urbanos.