­Tras varias jornadas de incertidumbre sobre la estancia de la Familia Real en la isla, los Reyes y sus hijas protagonizaron ayer en el Palacio de Marivent el tradicional posado estival, al igual que hicieron en los dos veranos anteriores de este reinado. Felipe VI, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía posaron primero de pie, tras bajar una cuesta, y después sentados en un banco. También saludaron, uno a uno, a todos los periodistas y reporteros gráficos y les desearon "un bueno verano".

En el acto, que se celebró ayer a las 19.30 horas y que duró unos cinco minutos aproximadamente, Felipe VI admitió que estas vacaciones están siendo "atípicas", aunque "hay adaptarse a lo que vaya sucediendo", declaró sobre la posibilidad de tener que volver a Madrid debido a la situación política, en la que no quiso entrar con detalle. Sobre su ausencia en la Copa del Rey de Vela, que se está celebrando esta semana en Palma y en la que el Monarca suele ponerse al frente de la caña del Aifos, al menos durante una jornada, manifestó que "espera regatear algún día" -posiblemente hoy mismo-. También comentó que sus hijas, que aún no se han sumado a los cursos de vela con sus primos, navegarán "cuando quieran".

Asimismo, don Felipe se refirió a su posible asistencia a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que a pesar de ser una cita a la que no suele faltar nunca la Familia Real, esta vez queda prácticamente descartada su presencia. Señaló que acudir iba a ser "muy complicado" porque implica una planificación que no se ha podido llevar a cabo porque no han podido "anticipar fechas", aunque reconoció que seguirán "muy de cerca" las actuaciones de los deportistas españoles en este acontecimiento por los medios de comunicación.

Tanto el Rey como la Reina, se mostraron en todo momento cariñosos con sus dos hijas, con las que interactuaron en todo momento: desde su llegada a los jardines, durante el posado e incluso a lo largo de las preguntas de los periodistas que hacían alusión a ellas. Las niñas, que mantuvieron una sonrisa durante todo el acto, estuvieron muy predispuestas a posar delante de los medios: cambiaron de posición tras sentarse en el banco y mantuvieron conversaciones con sus padres, que en en ocasiones les cogían cariñosamente de la mano.

Los monarcas vistieron tonos claros, veraniegos y looks informales. Ambos con pantalón blanco, el Rey lució una camisa azul arremangada y Letizia un top blanco a rayas. Sus hijas, Leonor y Sofía, llevaron vestidos, la heredera uno blanco y la infanta uno a rayas, como su madre.

Don Felipe ya recibió a las principales autoridades políticas baleares el pasado lunes y se tuvo que ausentar de la isla el miércoles para mantener el tradicional despacho de verano con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Zarzuela de Madrid. Se prevé que el Rey pase el fin de semana en Mallorca: el sábado presidirá la entrega de trofeos de la Copa que lleva su nombre y el domingo recibirá junto a Letizia y quizá doña Sofía en el Palacio de La Almudaina a una representación de la sociedad civil balear.