Stefano Casiraghi, que murió en un accidente a bordo de una embarcación de alta velocidad en Montecarlo, navegó en su día en aguas mallorquinas tal y como está haciendo su hijo estos días. El que fuera marido de Carolina de Mónaco disfrutó del mar en Balears meses antes de su muerte. Lo hizo en Puerto Portals en 1990 para revalidar su título mundial en el mismo catamarán en el que meses después perdería la vida.