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En la habitación de Lady Di

El último refugio del azote de Buckingham

Tres meses antes de firmar su divorcio con el príncipe Carlos, Diana de Gales pasó un fin de semana en La Residencia de Deià en compañía de una amiga

Lady Di junto a su amiga, en Deià.

De aspecto frágil y espíritu rebelde, tantas veces recaló Diana de Gales en Mallorca que estuvo tentada de hacerse aquí con una residencia estable. Su capricho „una vivienda de 700 millones de pesetas en el Port d´Andratx„ se quedó, sin embargo, solo en eso, y La Residencia de Deià fue una de sus últimas visitas en la isla antes de que, en agosto de 1997, su vida encontrara un insospechado final junto al Puente del Alma de París.

Invitada por Sir Richard Branson, una de las mayores fortunas del Reino Unido, dueño de Virgin y por entonces propietario del establecimiento que hoy explota la firma Belmond, la mujer que puso en un brete a la corona británica „de la que el rey Juan Carlos fue confidente„ se alojó en la suite 66 el fin de semana del 10 al 12 de mayo de 1996, en plena negociación de su divorcio con el príncipe Carlos. Lo hizo en compañía de una amiga, Cosima Somerset, y rodeada de guardaespaldas, y el mal tiempo y la presencia constante de la prensa la llevaron a pasar buena parte de la estancia recluida en sus instalaciones.

En la Suite Presidencial, situada en la parte superior del edificio Son Fony, rodeada de muebles de madera y vigas vistas y con una amplia terraza con jardín y piscina privada, trataba de aislarse de las informaciones que llegaban de Londres y la acusaban de haber exigido 30 millones de libras a la reina Isabel II para asegurar su posición económica, y de haberla amenazado con suspender el divorcio y airear los pormenores de la negociación de la ruptura si no accedía a sus peticiones. El hotel la agasajó con flores, fruta y una botella de champagne."Tendrá el mismo trato que nuestros clientes", aseguraban entonces desde la dirección.

Pese a sus esfuerzos por dar esquinazo a los informadores „el personal cómplice de La Residencia intentó en vano espantarlos asegurando que se había marchado de improviso en la madrugada del sábado„, pudo vérsela accediendo a cenar al restaurante El Olivo, del mismo complejo, vestida con leggins y zapatos de tacón alto, y junto a la piscina, en shorts y camiseta, mientras su acompañante se daba un baño de sol en bikini.

Quienes coincidieron con ella recuerdan todavía hoy su amabilidad, y en el hotel guardan como oro en paño fotos en las que aparece sonriente „con un gesto muy distinto al disgusto que mostraba frente a los fotógrafos„ y la carta que, justo después de su estancia, la por entonces Alteza Real „que perdería el título con el divorcio„ les remitió como muestra de agradecimiento por el trato recibido.

"De vuelta en Londres sin contratiempos, quería haceros saber que estoy muy agradecida por todo el tiempo y las molestias que os tomasteis para aseguraros de que pasara el fin de semana más agradable lejos de casa. Cada aspecto de nuestra estancia ha recibido la más cuidadosa atención. Por favor trasladad mi agradecimiento de corazón al maravilloso personal de La Residencia por su amabilidad, lo valoré enormemente", señala la misiva, dirigida a Geraldine Brooks y Cleo Farman, con membrete de Kensington Palace, su residencia oficial en el Reino Unido, y fechada el 13 de mayo.

Tres meses más tarde, Lady Di firmaba el divorcio con el príncipe Carlos. Su muerte un año después en accidente de tráfico junto a su amante, Dodi Al Fayed, alimentaría numerosas teorías de la conspiración.

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