Diario de Mallorca

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La 'playlist' de Mallorca

Mallorca, un paraíso para el idilio

El mítico quinteto mallorquín Los Javaloyas divulgó a los cuatro vientos en 'Paradise of Love' las bondades de la isla como un terreno abonado para caer en las garras de Eros

Los Javaloyas, uno de los grandes grupos que ha dado la isla.

Mallorca, también un paraíso para el idilio. Hete aquí la gran aportación del mítico quinteto mallorquín Los Javaloyas a esa interminable lista de razones para visitar la isla. Que allá por los sesenta, en pleno boom turístico ya se la conociera como una tierra plagada de bondades para el veraneo no descubría la pólvora a nadie, pero fue el veterano grupo pop quien reveló su enorme potencial para el escarceo pasional en Paradise of Love, compuesta por Bernat Pomar, todo un canto a Mallorca como un terreno abonado para caer en las garras de Eros.

Corría 1964 cuando vio la luz tan reveladora canción. El régimen de Franco celebraba sus 25 años e intentaba dar una imagen de modernidad al país a costa del incipiente negocio del turismo. En este plan para el lavado de cara, Mallorca era un referente, según explica el musicólogo Francesc Vicens en el libro Paradise of Love o l'illa imaginada. Su reputación cotizaba al alza, la isla era un destino hecho para el goce del viajero foráneo o nacional. Hasta ahí nada nuevo bajo el sol.

Fueron Los Javaloyas quienes a través de la letra de Pomar sumaron y difundieron una nueva dimensión al deleite del oasis mallorquín. El veterano conjunto isleño, liderado por el fallecido José Luis Pérez Javaloyas, autor de una de las páginas más importantes del pop nacional, dejó patente que la isla ofrecía algo más allá del legendario emblema del sol y playa: infinitas posibilidades y modalidades para la caza y captura de pareja. El veterano quinteto proclamaba Mallorca capital estival del amor. Y no contentos con ponerle música tradujeron tan provechoso mensaje al inglés -usando la lengua de Shakespeare en la segunda parte de la canción- para llevar a aún más público el concepto de la isla como un escenario propicio para el ligoteo.

Toda una crónica social de la Mallorca que se sacudía la inocencia tras el despegue de la industria estrella de la economía patria con la que el conjunto concurrió a la primera edición del Festival Internacional de la Canción de Mallorca (1964), aunque quedó fuera de las canciones premiadas "tras una polémica deliberación del jurado", según relata Vicens. No obstante, fue un éxito arrollador que llegó a sobrepasar las 100.000 copias vendidas, arrasó en las listas de ventas locales y estatales y se convirtió "en el tema de autor mallorquín más versionado del género", apunta.

El tema fue además una bilingüe muestra de slow-rock de melodía pegadiza de aquellos años dorados, que fijo llevó la teoría que divulgaba a la práctica al ser a buen seguro la banda sonora que llevó a fundir cientos de pelvis en aquellos guateques veraniegos, y quién sabe si también creó un clima sugerente para que surgiera la llama entre más de un par de tortolitos.

Así, por si había alguna duda entre los abonados al estío mallorquín, la letra la disipa: la isla es el lugar adecuado para la realización personal del hedonista.

Cada día es fiesta en Mallorca

Cada noche brillan sobre el mar

las estrellas y la luna llena

invitando a soñar

Y tras una intro en que presenta a Mallorca como el lugar en el que los sueños se hacen realidad, el argumentario. Y nos descubre la isla como el refugio perfecto para el estallido de todo un delirium tremens sensorial, ese marco de película para caer en el desenfreno emocional y dilapidar feromonas.

Con los besos nacen

en Mallorca

Bellas flores de

suave color

Y las aves cantan a Mallorca

Paraíso del amor

La brisa del verano

Caricia de pasión

Eterna primavera

Perfume de una flor

La isla como una auténtica máquina de fabricar parejas. El lugar donde se cuece la tormenta perfecta para que se desencadene la reacción química por excelencia, la más poderosa y lisérgica. Y tras claudicar ante la seducción, resignación, ya solo queda reincidir:

Cada día es fiesta en Mallorca

Cada noche

Surge un nuevo amor

¡soy feliz viviendo aquí

en Mallorca!

Paraíso del amor

Toda una alabanza a los ligues de verano en tiempos sin Tinder y a la alegría de vivir. Fiesta eterna, romance fijo y momentos inolvidables a mansalva. Una correctísima definición de paraíso bien válida hasta la fecha ¿Qué más se puede pedir?

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