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Borja Triñanes

"Un buen barman ofrece una experiencia al completo"

"Un cocinero crea un plato en base a una idea que lleva a cabo a la perfección; un barman hace lo mismo con un cóctel"

Borja Triñanes, elaborando un cóctel.

­­Llegó a Palma hace algo más de tres años y ya se ha convertido en el mejor bartender (barman) de Balears. Borja Triñanes (La Coruña, 1991) aterrizó en el mundo de la coctelería casi por casualidad, tras pasar por una "racha extraña": con 18 años y sin saber "qué hacer" empezó a trabajar en un bar y descubrió su pasión: el arte de mezclar bebidas.

Triñanes, del bar Gimbo de Palma (hoy se le puede encontrar en el Chapeau, también en el Passeig Mallorca), se presentó por primera vez a la World Class Competition en la edición de 2015 pero este año ha sido la primera vez que ha llegado a la final junto a otros 23 barmans procedentes de todo el territorio nacional. "Siempre fue un concurso que dio mucha importancia a sus bartenders, y yo sabía que quería participar", afirma el premiado.

Los 24 finalistas tuvieron que someterse a tres pruebas diferentes que se llevaron a cabo simultáneamente. La primera fue una cata a ciegas en la que los aspirantes debían reconocer con los sentidos diferentes tipos de destilados y responder a una serie de preguntas sobre estos. El segundo reto consistió en crear un cóctel inspirado en los castillos escoceses del siglo XIX y en el último reto se enfrentaron a una prueba de velocidad.

El jurado formado por diferentes expertos con prestigio internacional otorgó además del premio a Mejor Bartender de España 2016, que recayó en Adriana Chía del bar Solange, Cocktails & Luxury Spirits de Barcelona, otros siete galardones, repartidos según la zona en la que ejercen su profesión los bartenders.

Por lo que hace a la edición de este año, Triñanes dice que el nivel de exigencia y el del resto de los aspirantes ha sido "muy grande". Aunque todos los challenges "se pueden sacar, mejor o peor". De las tres pruebas que conforman el concurso, destaca la de velocidad, "que no deja de ser lo que haces cada día en el bar, pero claro, no es lo mismo estar ahí, haciéndolo rápido, bien y elegante", comenta entre risas.

Sobre el estado actual de la profesión y del gremio, el joven bartender opina: "Este tipo de concursos ayudan a dignificar la profesión". Acerca del nivel de reconocimiento de este oficio, dice que "de un tiempo a esta parte ha mejorado", aunque sentencia que el trabajo de camarero siempre estuvo algo "denostado". "Me han llegado a preguntar si este era un trabajo de verdad. Claro que lo es, es mi profesión", exclama. "No es bonito que te digan este tipo de cosas, aunque en la ingnorancia, es comprensible".

El joven afirma sin dudas que la profesión vive "un momento dulce" y que "queda coctelería para rato". "Hay muchos chicos jóvenes, inlcuso más jóvenes que yo, que quieren aprender, cuidan los detalles y se interesan de verdad por la profesión". Añade que lo que le falta al gremio es "perfilarse y valorarse", aunque hay tener siempre claro cuál es la finalidad de una bebida: "Que el cliente lo pase bien y disfrute".

El principal reto se encuentra en transmitir la cultura del cóctel como cultura gastronómica: "Un cocinero crea un plato en base a una idea, que lleva a cabo a la perfección. Un bartender hace lo mismo con un cóctel. Es la misma profesión".

"Yo creo que algún día la cocina y el bar trabajarán juntas", sentencia. "Normalmente, las personas que se preocupan de comer bien también lo hacen de beber bien, aunque comer sea más necesario que consumir bebidas alcohólicas. Además hay menos bartenders que cocineros, por eso vamos algo más despacio", concluye.

Asegura que el éxito reside en el carisma: "Un bartender no es solo una persona que se encuentra detrás de la barra para hacer una bebida perfecta, para eso bastaría una máquina de vending. Un buen bartender es aquella persona que ofrece una experiencia al completo: una buena bebida acompañada de un buen servicio y de una buena atención. Que el cliente note el antes y el después de probar una bebida tuya". Afirma que esto es "imposible conseguirlo siempre", aunque llegar a este punto con un cierto número de personas ya es buena señal.

Tras ser proclamado el mejor barman de Balears, Triñanes explica que se siente "contento, motivado y con ganas de comerse el mundo". Explica que no ha "alcanzado su cumbre ni mucho menos" y que quiere seguir "haciéndolo tan bien o mejor que hasta ahora". Mantiene que lo difícil no es vivir del mundo de la coctelería, pero que todo va en función de dónde quieras llegar: "Es como escalar una montaña, si quieres llegar a la cima tienes que prepararte más que si solo quieres llegar a la mitad". "Vivir de ello es fácil, avanzar y crecer en la profesión depende de uno mismo", agrega.

Sobre la ganadora de la World Class Competition 2016, Adriana Chía, la primera mujer en ganar esta competición, el gallego opina que ha sido una victoria "justa". Y añade que su participación en la prueba no es el reto de mayores dimensiones al que se ha enfrentado Chía: "Seguramente lo más difícil que ha sufrido Adriana ha sido incorporarse a un mundo laboral de hombres". "Está muy bien que haya ganado una chica, así se hace visible para otras mujeres que quieran llegar a ese nivel". Añade que Chía "puede ganar la competición a nivel internacional". "Va a sorprender y a transmitir muchas cosas. Tiene muy buena energía y mucha onda, a mí me transmite de verdad".

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