­Unos quinientos invitados, entre los que se encontraban representantes de todos los estamentos isleños, asistieron a la inauguración de la nueva bodega del complejo enológico José Luis Ferrer, que tuvo como anfitriones a la familia Roses-Lambourne.

La celebración ocupó los tres niveles de las nuevas instalaciones, que como indicó José Luis Roses Ferrer, su director, "es una bodega que con su conjunto de depósitos semitroncocónicos de acero inoxidable, dotados de refrigeración individual, junto a las tinas de madera de roble francés, pueden almacenar unos 300.000 litros de vino. Estas instalaciones están dedicadas a los vinos y espumosos Véritas y a los tintos de variedades autóctonas de la serie Ferreret".

En los diversos escenarios del recinto se instalaron mesas para los cortadores de jamón de Guijuelo y las dedicadas a los quesos, con protagonismo de los menorquines. Destacó el de 12 años de maduración, de forma cuadrada, que Mercadal elabora para esta bodega. También se pudieron degustar recetas típicas de Mallorca, como panades y coques de verdures. La recetas dulces estaban representadas por cremadillos y cocas de albercocs.

Entre los vinos servidos predominaban los de la serie Véritas, incluidos el brut y el espumoso rosado. En la zona de crianza en barricas, que pasó desapercibida para algunos invitados, se sirvieron junto a varios autóctonos de la bodega, dos tintos del enólogo de J.L. Ferrer, Arnau Galmés, de Petra. La fiesta, iniciada a las 17´30, hora en que se vieron a muchos restauradores y sumillers, finalizó cerca de las once de la noche.