­Miquel Oliver y su hija Pilar, tercera y cuarta generación de vinicultores de Petra, acaban de cumplir su gran sueño, tener su bodega, rodeada de viñas propias, a un tiro de piedra de la tierra de sus mayores, conservando la casa madre, con su antiguo celler, en donde empezó su historia enológica de más de un siglo. Padre e hija reunieron a su gente, unos doscientos invitados, con motivo de la inauguración de la bodega, el pasado sábado, con sorpresas, como música en vivo, incluyendo la interpretación por una pareja de cantantes líricos de piezas famosas relacionadas con el vino, como el brindis operístico más famoso, el de la Traviata. Los invitados recorrieron las nuevas intalacionales, que como indicó Pilar Oliver, directora de la bodega, "se diseñó pensando en su funcionalidad, equipándola con las últimas tecnologías y pensando en espacios amplios. Así se ha conseguido optimizar y controlar mediante salas contiguas cada proceso, desde la recepción de la uva hasta que el vino está listo para el mercado, pasando por la vinificación, las crianzas en barricas y botella, etiquetajes y almacenamiento". Espacios, incluyendo también la sala de recepción, venta y degustación, que conocieron los asistentes, teniendo como guías a los Oliver.