José Barceló 'Campanilla' (Muro, 1957) tomó la alternativa el 21 de junio de 1987. "Fue una corrida cinqueña", evoca vestido de campero en la playa de Can Pastilla, donde regenta una empresa de karts. El diestro lamenta que gran parte del vocabulario y la cultura taurina se esté perdiendo. "Cinqueña significa que los toros tienen cinco años", explica justo después de ensayar varios movimientos -calienta para mañana- sobre la arena y ante la mirada de los turistas.
La última vez que se enfrentó a un toro en la plaza fue en 1995. Desde entonces, no ha vuelto a pisar el ruedo. Su reaparición mañana en La Monumental de Muro le tiene entusiasmado, pero también algo estresado. "Es muy complicado organizar un festejo por la cantidad de trámites y cuestiones administrativas que has de resolver", comenta. Su vuelta a la plaza la atribuye a la vocación y a la ola de antitaurismo que recorre los últimos tiempos. "No es normal tanta infamia contra los toros. Se ponen tan nerviosos porque les hemos desenmascarado con tanta mentira", sostiene. "En cualquier caso, vuelvo por amor a la cultura, a la fiesta, a la democracia y porque soy torero", abunda.
A pesar de su retirada temporal a causa de una lesión y para dedicarse a su familia, Campanilla ha seguido entrenando durante estos años, aunque en los últimos tiempos había ganado algo de peso. "He perdido 13 kilos en cinco meses. Ahora en julio cumpliré 59 años", confiesa. Su rutina habitual consiste en salir a correr temprano y realizar ejercicios de fuerza. Habilidades no ha perdido, dice, aún puede ejecutar el salto de la garrocha.
Campanilla asegura sentirse muy apoyado por la gente. "Miquel Ramis de los Hoteles Garden, que tiene caballos, nos prestará mañana cinco galeras antiguas para ir del Ayuntamiento a La Monumental", desvela.
Para la ocasión, además del cartel taurino, el diestro ha contemplado una actuación que se celebrará en el patio de las cuadrillas, donde se ha habilitado un escenario. "Cantará Felipe Campuzano junior acompañado por Biel Durán en el piano", detalla.
El torero mallorquín está prácticamente convencido de que habrá más festejos durante el verano en la isla, a pesar de las acciones legislativas emprendidas por el Parlament para prohibir la fiesta nacional en las islas. "Somos españoles. El mayor problema que tenemos es que en España hay un déficit muy importante de cultura taurina. En Francia nos llevan mucha ventaja en este sentido. Hay una mala información no sé por qué motivo, si por los medios o por cuestiones políticas", considera, mientras relata paso por paso la morfología del toro bravo. "Conseguir los astados perfectos es muy complicado, caro, y todo un misterio", asegura. "Por eso, la mayoría de ganaderos son abogados, médicos o gente que tiene animales para conseguir jamón de bellota. Es decir, tienen otras fuentes de ingresos y, si no quitan los toros, es porque lo han heredado de sus abuelos y conocen su cultura", añade. "Por otra parte, el toro está hecho para esto. Si no fuera así, se perdería, la raza se extinguiría".
Para Campanilla, "los toros mueven a mucha gente". "Imagínate, son casi 32 funciones en San Isidro y cada día está prácticamente lleno", apunta. "En Pamplona, los dueños de los bares y restaurantes dicen que en los sanfermines hacen el 25 o 30% de la caja que se hace anualmente", refiere.
El arte de ahora lo valoro mucho. "Se ven cosas apoteósicas", comenta. "Pero veo a muchos diestros con el mismo estilo de toreo porque se han formado en escuelas y no en el campo", concluye.
