La sexta edición del congreso Lo que de verdad importa cumplió con las expectativas: éxito de convocatoria, con más de 1.300 jóvenes sentados en el Trui Teatre y en todo momento muy atentos a las intervenciones de los tres protagonistas, Miriam Fernández, Enhamed Enhamed y Paco Arango, que les cautivaron con sus historias de alegría, solidaridad y superación; y con un mensaje que caló hondo, aquel que defiende que "la única manera de avanzar es levantarse después de cada caída".

Con la ausencia de su presidente de honor, Rafel Nadal, por compromisos en tierra batida -desde el jueves se encuentra en Montecarlo para empezar la temporada en esta superficie-, el congreso arrancó con una lección de fuerza de voluntad, la que ha demostrado durante toda su vida la cantante y actriz con discapacidad Miriam Fernández, muy popular tras ganar el concurso de televisión Tú sí que vales.

Al nacer, los médicos le diagnosticaron una parálisis cerebral y le dijeron que nunca iba a camiar. Pero Fernández no se resignó, y bajo la premisa "si se quiere, se puede", y con su optimismo y el apoyo de su familia logró su objetivo: hoy se vale por sí misma con la ayuda de un andador, al que considera "un Ferrari de Fórmula 1".

El camino no fue fácil, sobre todo durante la infancia, que fue "muy dura" ya que "los niños son crueles. Lo pasé mal y fui objeto de burlas, de booling", confesó. En este sentido, recordó que "el booling no solo lo hace el malote sino todos los que le rodean y no lo evitan".

"Hay que amar la diferencia. Todos tenemos cosas diferentes que podemos aportar a los demás", agregó.

Fernández señaló que en los malos momentos que ha vivido, como cuando su padre adoptivo y su hermana sufrieron el mismo día un infarto cerebral, su "única salida" era cantar. "En la música descubrí una motivación. Sentía que mis peluches me pedían otra, otra, otra. Me creía una estrella del pop e incluso me arrancaba a bailar", relató. Con el tiempo, alcanzó su sueño, cantó ante miles de personas y ganó el certamen Tú sí que vales. "La única manera de avanzar es levantarse después de cada caída", subrayó entre aplausos.

Tras ella intervino el productor y presidente de la Fundación Aladina Paco Arango, que creó en 2005 esta institución porque quería "mancharse las manos". Con ella mejora las condiciones de niños y adolescentes con cáncer, así como la atención a las familias.

Arango, que debutó como director de cine con Maktub (2011), destinó el primer medio millón de recaudación a las mejoras del Hospital Niño Jesús, hoy convertido en una referencia absoluta en pediatría. Los presentes en el Trui aplaudieron el testimonio de Arango, quien defendió: "Tenemos que levantar la mirada, fijarnos en las pequeñas cosas y ser todos como una gran familia".

Por último habló Enhamed Enhamed, deportista de élite. A los ocho años, como a él le gusta decir, "ganó la ceguera" y desde entonces nada le ha parado. Considerado el mejor nadador paralimpico de la historia consiguió cuatro medallas de oro en los juegos de Pekín 2008, entre muchas otras victorias. A día de hoy ejerce como coach impartiendo charlas a empresas, deportistas y estudiantes transmitiendo conocimientos para la superación y motivación personal. "Los objetivos no se pueden conseguir sino los tenemos al menos por escrito. Hay que lanzarse para conseguir las cosas", afirmó.