Cuando a una persona le detectan un cáncer, uno puede pensar que el aspecto físico es lo que menos importa. Puede que sea verdad pero no es lo mismo afrontar esta enfermedad si la paciente se ve bien gracias a los tratamientos que ofrece la estética oncológica. En la lucha contra el cáncer, todo suma y si la afectada es una paciente activa que quiere aprender a cuidarse y hacer una vida normalizada para sentirse mejor, ya es un gran paso. Así lo explica la asesora de estética oncológica del Centro Estético Secrets, Natalia Varela. "El objetivo de la estética oncológica es que los pacientes se vean bien y se sientan mejor. Y es que cuando estamos a gusto con nuestro aspecto exterior nos sentimos más fuertes y con más confianza, lo que contribuye a mejorar nuestra salud. En un proceso oncológico, si uno se ve guapo, se afronta mejor la enfermedad. La autoestima es mayor y los problemas son menos problemas", razona la experta.

La enfermedad ya es dura pero si con el tratamiento oncológico el paciente tiene que ver cómo se le cae el pelo, su rostro se transforma y no se puede mirar al espejo porque se ve tan cambiado que su autoestima cae por los suelos, menos energía tendrá para seguir con la lucha. Así, Varela especifica que la estética oncológica busca ayudar a combatir el malestar de la paciente de cáncer, sea físico o psicológico tanto antes de empezar el tratamiento como durante y después de la erradicación de la enfermedad. Es la belleza de la confianza para unas auténticas guerreras del cáncer.

Varela explica que hace tres años que su centro de estética ofrece estos procesos. Todo empezó cuando a una clienta le diagnosticaron cáncer de mama y preguntó si podía seguir con sus tratamientos habituales. Varela no dudó en contactar con la Asociación Española de Estética Oncológica. Así fue como ella y su equipo empezaron a formarse para ofrecer en su centro estos tratamientos.

Según los estudios, una de cada tres personas padecerá algún tipo de cáncer durante su vida. Es verdad que los tratamientos han mejorado mucho su efectividad y la tasa de mortalidad es cada vez menor, pero la realidad es que un importante segmento de la población, durante un periodo de su vida, deberá afrontar las consecuencias del cáncer. Ahí es donde entra la belleza para estas luchadoras. Y digo luchadoras porque todas las clientas de esta estética oncológica, de momento apunta Varela, son mujeres.

La cirugía, la quimioterapia o la radioterapia pueden tener como consecuencias indeseadas las cicatrices, la pérdida de la mama, alteraciones en la piel, el linfedema, el aumento o disminución de peso, sequedad extrema, hipersensibilidad, grietas, alteraciones o pérdida de cabello, cejas o pestañas, además de dificultades de digestión, cansancio y malestar general, entre otras. Algunos cambios serán temporales y desaparecerán tras los tratamientos, otros serán permanentes, pero en ambos casos suponen una nueva fuente de malestar. La estética oncológica busca dar un soporte de información para las pacientes que van a empezar o están en tratamiento oncológico respecto al cuidado de la piel, además de informar de los efectos adversos. Y es que si uno conoce de antemano las consecuencias, su vivencia se padecerá con menor ansiedad.

En primer lugar, detalla Varela, se realiza un estudio pormenorizado de cada caso. Así se analiza el tipo de cáncer, en qué fase está y las características de cada paciente para poder ofrecer el tratamiento más adecuado, además de una guía de autocuidados para su vida diaria. "Es como cuidar la piel de un bebé, por ello, se requieren cosméticos naturales. Tenemos toda una gama de maquillaje específico para pacientes oncológicos que permitirá que las mujeres sigan viéndose guapas", admite.

Se ofrecen tratamientos faciales para hidratar, nutrir, calmar u oxigenar pieles con sequedad, manchas o con irritaciones cutáneas. También se ofrecen métodos corporales de exfoliación natural, programas de hidratación y nutrición o envolturas naturales para prevenir la sequedad y la descamación. Disponen de tratamientos adaptados al cuero cabelludo como, por ejemplo, el rasurado pre-quimioterapia o el asesoramiento para prótesis, pelucas o complementos textiles. La manicura y la pedicura oncológica tiene como misión luchar contra la sequedad, el hinchazón, las irritaciones, el hormigueo o la retención de líquidos en articulaciones, además de combatir la fragilidad de las uñas o las alteraciones en su color y grosor. Para cejas y pestañas, hay procesos para favorecer su crecimiento, además de posticería o el maquillaje para disimular la falta de pelo.

Otro de los apartados que ofrece Secrets es el masaje oncológico adaptado. Así los expertos siguen protocolos para edemas, entumecimiento y hormigueo. También disponen de terapias destinadas a paliar el estrés, la ansiedad y los problemas derivados tanto en pacientes como en cuidadores. Y una vez finalizados los tratamientos oncológicos, los pacientes suelen someterse a la recuperación funcional de las articulaciones. Y es que la mayoría de afectados suelen perder gran cantidad de masa muscular, incluso derivado de periodos de reposo, además de la pérdida de funciones motoras. Este método permite mejorarlas. Varela recuerda que hay tratamientos específicos para los cuidadores que también necesitan relajarse y coger energía para continuar con la lucha contra el cáncer.

Reconfortar el ánimo

La experta recuerda que es necesario transmitirle a la paciente que dedicar algo de tiempo a su imagen personal puede ayudarle a reconfortar el ánimo y reconciliarse consigo misma, convirtiéndose también en un importante apoyo psicológico ante la enfermedad. Y es que la enfermedad es una etapa de bastantes cambios tanto a nivel físico como emocional, por ello, las personas que se cuidan mientras reciben el tratamiento médico, mejoran su estado de ánimo y, ello, es vital para convertirse en unas auténticas guerreras del cáncer.