Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con Ciencia

Agua del grifo

Agua del grifo

Nada más llegados a la ciudad de California en la que pasaremos un tiempo, mi mujer Cristina y yo nos preguntamos si el agua del grifo sería potable. Fernando Rosario-Ortiz, investigador del Department of Civil, Environmental and Architectural Engineering en la Universidad de Colorado (Boulder, Estados Unidos) se habría reído de nuestras aprensiones. O no. Junto con otros especialistas en el estudio de la depuración del agua para convertirla en apta para el consumo humano, Rosario-Ortiz acaba de publicar un análisis en la revista Science que se plantea el nivel de riesgo del agua que sale del grifo. El punto de partida del trabajo alude al caso de la emergencia pública de salud alcanzada en abril de 2014 no en el Tercer Mundo sino en la ciudad de Flint, Michigan (Estados Unidos), que se levanta junto al río del mismo nombre. La decisión de las autoridades municipales de cambiar el suministro de agua a los hogares sustituyendo la hasta entonces procedente del lago Huron por la del río Flint llevó a entre 6 y 12.000 niños a sufrir problemas de salud por la contaminación de plomo.

Sin embargo Rosario-Ortiz y sus colaboradores no se centran en esos accidentes de presencia de metales en el agua del grifo sino en la mucho más común presencia de microbios, riesgo que es el que sobre todos los demás intentan evitar los sistemas de purificación del agua que llega a los grifos. El núcleo de la tesis que sostienen esos investigadores alude al uso de desinfectantes para terminar con los microbios presentes. Tales productos, como el cloro, persisten en el agua y suponen un riesgo muy serio de aparición de agentes cancerígenos, por no mencionar que a quienes se la beben no les gusta su sabor.

El estudio aparecido en Science se dirige en particular al público estadounidense y toma en cuenta la situación de ciudades europeas (los autores citan los Países Bajos, Suiza, Austria y Alemania) donde si se utilizan productos químicos para convertir el líquido en potable éstos se eliminan antes de que el agua llegue a los grifos. Como recuerdan Rosario-Ortiz et al, la cadena de purificación del agua en los Estados Unidos comienza por el uso de filtros de arena, membranas y carbón, sigue mediante el tratamiento con ozono y rayos ultravioletas y por fin se añaden los productos de cloro. Con el resultado de que en ocasiones el agua llega a los consumidores con unas cantidades residuales pero apreciables de productos clorados como intento último de evitar infecciones como las que causa la Legionella. ¿Por qué se corre ese riesgo en los Estados Unidos? Los autores apuntan a distintas causas entre las que se encuentra el precio: en Europa (en esos países más seguros), el agua que llega al grifo cuesta dos o tres veces más. De esa manera abandonamos la ciencia para entrar en el terreno de la administración, es decir, la política.

Cristina y yo no habíamos leído el artículo de Science. Pero la final compramos agua mineral en California.

Compartir el artículo

stats