Los amantes mallorquines de la cerveza van ganando opciones para alegrar su paladar gracias a nuevas elaboraciones artesanas locales, como es el caso de las que consigue el arquitecto belga Michel Campioni, que después de ser un trotamundos empedernido debido a su trabajo y tras haber visitado más de cien países, recaló y echó raíces en en Mallorca. Aquí se casó con la alsaciana Magali Kilian, quien le ayuda en la aventura.
Hace unos meses, convirtió en realidad su sueño de poder elaborar y comercializar su propia cerveza artesanal, según la tradición conventual de Bélgica, en el llogaret de Es Canar, cerca de Sencelles. Actualmente, junto al cruce de caminos d´es Campás y de Son Boi, se erige un antiguo celler que este arquitecto transformó en un pequeño templo de la cerveza, a la que le puso el nombre de Toutatis, divinidad masculina de la mitología celta. Además de elaborar cerveza, sus instalaciones, que pueden ser visitadas, acogen cursos de aprendizaje para fabricarla.
"Eché raíces en la isla con la idea cervezas artesanales al estilo de los conventos belgas. Este espacio de culto cervecero lo diseñé para que alcanzara una atmósfera casi religiosa, a modo de divinización de mis cervezas Toutatis, las únicas belgas que se elaboran en Mallorca", explica Michel Campioni. En la zona de producción de esta micro cervecería, com0 la llama su promotor, se alinean una serie de depósitos de acero inoxidable, una mezcladora y el resto del equipo. Y si bien su estructura de producción es eminentemente artesanal los diferentes procesos de elaboración disponen de la tecnología más avanzada en este sector. Esta zona del antiguo celler, en donde existe espacio para las catas, está bajo la dinámica lumínica de un amplio ventanal, con un colorista vidriera eclesial dominada por la efigie de una doncella rubia, alegoría idílica de sus cervezas, a modo de una diosa en su templo.
El antiguo celler reconvertido en un templo de cerveza. WILLY
Las dos cervezas belgas que el matrimonio Campioni elabora actualmente son La Blonde y La Blanche. La primera de 6'7 grados donde domina cierto dulzor y muestra más cuerpo, mientras que la segunda de 5'6, es algo turbia, pues está conseguida con trigo, siendo muy refrescante, sin faltarle toque aromático en que combinan una infusión de piel de naranja, cilantro y jazmín. En breve saldrán al mercado la Brune y La Fruitée.
"Si bien importo la mayoría de productos que necesito, como como el trigo y la cebada malteada, el lúpudo y las levaduras, especialmente de Bélgica, cultivo un campo cereales, en el terreno colindante. Intento dar a mis cervezas, dedicadas a los gurmets, especialmente a los de la isla, un acento muy mallorquín, pero sin modificar el sabor de las maltas belgas y los lúpudos exhaustivamente escogidos, que son los que le dan ese carácter ancestral y artesanal, tradición que se siguen en los conventos belgas cerveceros, que a partir del siglo XI comenzaron a diseñar lo que tenía que llegar a ser una buena cerveza", explica el creador de Toutatis, quien asegura: "La cerveza es la prueba irrefutable que Dios nos ama y quiere vernos felices".
