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Con ciencia

Obesidad heredada

Obesidad heredada

Una vez más los trabajos experimentales ponen de manifiesto lo complicados que son los mecanismos que controlan la herencia, con procesos epigenéticos que influyen en la expresión de los alelos a lo largo de la vida del individuo. Una vez más, los comentaristas gritan "¡Lamarck!" cuando se pone de manifiesto que determinadas actividades realizadas por un organismo a lo largo de su vida conducen a una modificación de la manera como la carga genética da forma a sus descendientes. El último episodio de esas incógnitas de la epigénesis se tiene en el artículo publicado por Ida Donkin, de la Novo Nordisk Foundation Center for Basic Metabolic Research en la facultad de Medicina de la Universidad de Copenhage (Dinamarca), y sus colaboradores en la revista Cell Metabolism. En él los autores se plantean que la obesidad es un desorden heredable, algo que ya se sabía, pero por medio de una especie de firma epigenética no del óvulo que sería lo esperado sino del espermatozoide. De tal suerte, un padre obeso puede pasar a sus hijos la tendencia a padecer el mismo trastorno pero si se somete a una cura de elimnación de grasa ese riesgo disminuye.

¿Estamos ante un proceso lamarckiano? Quien así lo diga no pocos comentaristas supuestamente versados en cuestiones científicas lo han hecho debería antes demostrarlo. Donkin y sus colaboradores lo dejan muy claro: aunque es evidente que los factores ambientales influyen en la epigénesis de los tejidos somáticos, está por aclarar de qué manera los patrones epigenéticos quedan ligados a los gametos humanos. Dicho de otro modo, no sabemos todavía cómo se produce la herencia de esos episodios que intervienen en la epigénesis alterando o, mejor dicho, encauzando la expresión genética.

Los autores del artículo que lleva el nombre de Obesity and Bariatric Surgery Drive Epigenetic Variation of Spermatozoa in Humans sostienen, como decíamos al principio, que la perdida de peso en los varones con obesidad que se someten a una operación quirúrgica para eliminar grasa conduciría a una remodelación de la firma epigenética de los espermatozoides. Pero se limitan a lanzar una hipótesis y dicen de forma expresa que su explicación es eso, una apuesta hipotética. La evidencia obtenida de forma empírica indica que la metilación del ADN el principal proceso epigenético que controla la expresión genética cambia en los loci relacionados con el control del apetito de los hijos de los individuos que se han sometido a la cirugía. Pero la clave del asunto está en poder explicar cómo queda marcado el material genético para que se produzcan tales cambios en la metilación. Mientras no se sepa, pensar en Lamarck es absurdo. Y resulta bastante probable que, una vez que se conozca en detalle el mecanismo -que se llegará a conocer, no lo duden, quienes de verdad han leído al gran autor francés comprueben que tienen poco que ver con las ideas rectoras del modelo de evolución lamarckiano.

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