Se acaba de romper una rutina: unos veinteañeros llamados Manel acaparan grandes titulares informativos que antes sólo estaban reservados para las vacas sagradas de la música catalana. ¿Qué ha pasado? El pop català vive un boom que atrapa a toda la geografía española, que sin darse cuenta tararea al unísono Aniversari del grupo barcelonés. Tracemos una posible cronología del fenómeno, empezando por abajo: 2009-2011, irrumpe Manel, triunfa la gente normal. 2004, sus ´padres´, Antònia Font, quienes realmente liberaron al pop cantado en catalán de la coyuntura sociopolítica, rompen con Alegria. Y 1976, Sisa, ¿el culpable de todo esto?, lanza Galeta galàctica. ¿Pintan algo los ochenta y los noventa, marcados por el rock melenudo de Sopa de Cabra, Sau, Sangtraït o Els Pets?

"Musicalmente no tienen nada que ver con aquel rock usado como bandera de reivindicación catalanista", explica el mallorquín Miguel Ángel Sancho, presidente de Blau/Discmedi, sello que apostó desde el principio por Manel (el último disco –lo más vendido la última semana– lo ha editado a medias con Warner), Antònia Font o Els Amics de les Arts. Partícipe también de este boom, Pep Toni Ferrer, líder de Oliva Trencada – "nosotros hacemos Antònia-folk"–, con nuevo disco (Perleta negra) en la calle el próximo 15 de abril, considera que los de ahora "son grupos más buenos que los de la generación anterior, que copiaron el estilo de varias bandas de los sesenta sin inventar gran cosa", opina. A ello, hay que añadir el salto en calidad que ha dado el pop nacional en los últimos años. Por su parte, Joan Vich, de Primeros Pasitos, el otro sello isleño que apuesta por músicos de esta nueva onda como Marcel Cranc, cree que otra de las claves del éxito de estas bandas es que "por fin se usa el catalán de modo natural, y ya no se tiene la sensación de que todo está institucionalizado". "Además, –apunta– son grupos que están en la misma línea estética que sus contemporáneos", continúa. Vich le reconoce virtudes a aquel rock de comarcas, pues "abrió el camino a todo esto, porque aquellas subvenciones tan gordas ayudaron a crear unas infraestructuras, como salas de conciertos o sellos, que han permitido que muchas de estas bandas de pop puedan vivir únicamente de los conciertos que dan en Cataluña", añade.

En efecto, el éxito de Manel no surge de la nada. "Los barceloneses tienen que agradecer mucho la brecha que abrió Antònia Font. Ellos son los ´padres´ de todo lo que ha pasado después", asegura Sancho. Para Ferrer de Oliva Trencada, "Antònia Font son al pop català lo que los Beatles al pop anglosajón. Los verdaderos pioneros que establecieron un canon", sostiene. Pero, ¿hay diferencias entre el pop catalán y el mallorquín?

Rotundamente sí. "La falta de expectativas en los mallorquines provoca que sean más libres, más atrevidos y se autocensuren menos", observa Vich. Por eso cree que Manel parecen mallorquines, "están más cerca de Antònia Font que del resto de artistas catalanes". Suscribe Ferrer: "Los mallorquines somos más excéntricos, más kamikazes e inocentes a la hora de componer. Hacemos música sin pensar en el qué diran. Los catalanes se autocontrolan más", considera. Una actitud muy en línea con el gusto de la sociedad catalana por lo políticamente correcto.

Analizar el éxito de Manel no es sencillo. "Es algo intagible", valora Vich, "pero creo que la gente estima la sinceridad y la franqueza de sus canciones". El costumbrismo de sus letras es otra de las claves. "Mediáticamente, también ha ayudado que fuera el grupo favorito de Guardiola", apunta Sancho, quien cree que este pop actual es más urbano que el rock que se hizo en los ochenta. "Estos músicos nuevos son hijos de la clase media de los ochenta, más accesibles, con letras más cómodas que no reivindican tanto porque no tienen nada que reivindicar, y que cuentan con otro punto en común en sus letras: la ironía", continúa Sancho. "Pero Manel me sigue pareciendo más simple que Antònia Font: para entender las letras de Joan Miquel Oliver necesitas una tesis", considera.

Las colaboraciones entre bandas es otra de las características de la escena actual. Pep Toni Ferrer, además de Saltamartí y Oliva Trencada, es miembro de El Gran Amant junto a Gerard Armengol, Manu Mielniezuk y Jordi Herrera (de Satellites y The Marzipan Man). Ferrer también tiene una pata en Pere Pla (ex Furnish Time) y los Beta Splendens. Y colabora con el letrista de Girona Issac Ulam, "el Nick Drake de Cataluña", un artista que está en la base de Mishima o Manel.

Ahora queda aguardar a que todo este producto local genere un efecto duradero y no se quede en una moda estacional que fue urdida hace tiempo desde Mallorca.