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Rafa Forteza instala su "territorio poético" en Es Baluard

´El tremolor de la màscara´ reúne obras representativas de su trabajo desde los 90 hasta hoy, a través de la pintura, la escultura o el dibujo

El artista Rafa Forteza, ayer en Es Baluard. B. ramon

­"El espectador, el que contempla, tiene una mayor libertad que el creador, porque parte de cero", subraya Rafa Forteza (Palma, 1955), quien desde hoy y hasta el próximo 6 de marzo de 2016 exhibe en Es Baluard El tremolor de la màscara, una cuidada exposición que reúne una serie de obras representativas de su trabajo desde principios de los 90 hasta hoy en medios como la pintura, el dibujo, el grabado, la escultura y la instalación.

La muestra ofrece al visitante la posibilidad de desarrollar "una lectura más compleja, más barroca", de un artista que, según el comisario gallego David Barro, "cultiva las mismas obsesiones plasmadas con distintos lenguajes, materias y formas; y que cuando se colocan todas juntas se ve que tiene una coherencia total".

La exposición, que se presenta "premeditadamente desordenada" y funciona como el estudio del artista, apostó como primer título el de Simbiosis, una asociación que se da en la obra de Forteza, aunque finalmente se optó por unas palabras de Antonio Saura, "el temblor de la máscara", que éste le dedicó al mallorquín y con las que se busca señalar esa "idea de la pintura y el arte como algo que se esconde pero se enuncia, algo que emerge pero se contiene como enigma, que caracteriza toda la obra de Forteza", destaca Barro.

La "inmersión" que propone Forteza, cuyas pinturas y rostros de sus esculturas "son interrogantes, construcciones íntimas", sumerge al espectador por los estilos que abarcan toda su trayectoria. "Nada es tan igual como la propia semejanza, cuando esta se enfrenta a sí misma", afirma el artista. Un recorrido que está concebido como "un territorio poético" en torno a una mezcla de lenguajes, "de modo salpicado".

Una "afortunada simbiosis"

El "jardín abstracto" que brinda Forteza está concebido a modo de diálogo, el que se establece entre sus esculturas y pinturas, fundidas en, otra vez, "afortunada simbiosis".

"Menos pedagogía y explicaciones", espeta Forteza, quien pide al espectador que se sitúe "enfrente de", no del cuadro, "sino de él mismo. Que se dejen llevar por lo que las obras les puedan impulsar. La gente está demasiado atenta a lo que quiere entender y no hay nada que entender, como la vida".

"El temblor de la máscara lo tiene el espectador, no yo", apunta.

En cuanto al color, este es cada vez "más verdadero, más fiel al presente fluorescente de un mundo cada vez más informatizado", apunta Barro.

Condensar 25 años de trayectoria en una sola muestra no fue un ejercicio sencillo. "Podríamos haber montado cinco exposiciones sin perder la calidad", asegura el comisario. "Optamos por escoger pocas referencias, unirlas y ver que había una conexión, que aparentemente no la tiene", agrega.

"Rafa Forteza pinta como respira y esculpe como quien escribe un poema, caminando hacia un lugar incierto y procurando nuevas posibilidades de sentido", destaca.

La exposición, que podrá verse en la Fundación Luis Seoane (A Coruña), entidad coproductora, de octubre a diciembre de 2016, muestra una confrontación entre obras y conceptos, que genera en palabras de Rafa Forteza, "un silencio que se mantiene en toda la muestra".

El tremolor de la màscara se completa con un espacio de documentación con fotografías, libros, textos manuscritos y dibujos concebidos por el crítico Biel Amer.

Como complemento de la exposición, Es Baluard ha programado el taller + cara!, que parte de un proyecto del área de Desarrollo Educativo del museo y que, inspirado en la muestra, está dirigido a niños y niñas de entre 3 y 5 años. Se desarrollará los sábados 28 de noviembre, 12 y 19 de diciembre, y 9 y 16 de enero, de 11 a 13 horas.

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