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Entrevista

"El flamenco sigue vivo, pero nadie ocupa ahora el vacío de Camarón, Paco y Morente"

Cantaora. La gaditana reivindica sus joyas latinas preferidas y más desconocidas en su último trabajo, 'Ámame como soy', punteado por sones cubanos aflamencados y tres temas inéditos escritos a medias con su marido, 'Chaboli'. El álbum huele a Grammy por sus distinguidas colaboraciones: Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Pancho Céspedes y Sara Baras. La artista recala esta noche en el Auditòrium de Palma con el cartel de 'localidades agotadas'

María Rosa García (37 años), Niña Pastori, encabeza el VIII Festival Flamenco de Mallorca.

-Ámame como soy. ¿Necesitaba reafirmarse a sí misma?

-Además de ser el título del álbum, es una canción preciosa, de las primeras que elegí para meter en el disco. Es un tema de Pablo Milanés pero yo lo escuché cantado por Omara Portuondo. Lo probamos y la verdad es que vimos que se grababa súper bien.

-Con esta criba de canciones de Latinoamérica, ¿está reivindicando también su propia identidad?

-Pienso que sí. Soy flamenca y es lo que más me gusta, pero no soy ortodoxa, canto otras cosas. Con este disco y este título, quería hacer un poco de referencia a esta parte mestiza y de fusión.

-¿Por qué ha elegido estos temas?

-Nos apetecía hacerlos. Cuando fui madre, dejé un poco de lado el mercado latinoamericano. Y allí hay mucha demanda, y a mucha gente le gusta el flamenco.

-¿Le ha costado versionar en su estilo esos ritmos más latinos?

-No. Si escuchas a un cubano y toda esa percusión, te percatas que encaja con nuestro estilo. Asimismo, la salsa está muy relacionada con nuestra rumba, son primas hermanas. Por eso, adaptar estas canciones no ha sido nada costoso. En el flamenco hay muchos tiempos que se pueden cuadrar perfectamente con los sones montunos de Cuba y con otros ritmos de México que se parecen a nuestros tanguillos. Cuando hice el proyecto [Raíz] con Lila Downs y Soledad Pastorutti, un álbum de chacareras, huapangos, rumbas, sevillanas y rancheras, nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común. -Los tres últimos temas son inéditos, uno de ellos dedicado a su hija. ¿Cómo es componer para la prole?

-Desde que nacieron las dos les hemos dedicado muchos. Nuestras hijas son la fuente de inspiración más grande que tenemos. Al final, un artista siempre acaba reflejando sus vivencias, las buenas y las malas.

-¿En qué le ha cambiado ser madre?

-Cuando fui madre, empecé a mirar al ser humano de otra manera. Ser madre te cambia para bien: te vuelve más generoso, más sensible. Valoras las cosas de manera diferente.

-¿Y a la hora de cantar? ¿Canta mejor ahora?

-Quiero cantar ahora mejor que antes, sobre todo después de 20 años de carrera. Ojalá haya aprendido algo.

-Con la muerte de Paco de Lucía desapareció el triunvirato del flamenco. ¿Alguien está ocupando el lugar de Camarón, Morente y Paco?

-No, son vacíos que no ocupa nadie ahora mismo. Son historia. Además han sido creadores aparte de grandes artistas. Han dejado una obra de arte para el resto de los tiempos. Pero pienso que saldrá gente nueva, el flamenco está vivo. Hay mucha juventud buena que empieza y que está haciendo cosas.

-¿Cómo está evolucionando el flamenco puro?

-Muchísimo, sobre todo la guitarra. Hay guitarristas excelentes. Paco de Lucía dejó el listón tan alto que la gente se ha puesto las pilas. En el cante también hay muy buenos profesionales y aficionados.

-¿Es deseable aprender el flamenco en la calle?

-Ahora hay muchos sitios donde aprenderlo: masterclasses, hay escuelas. En Barcelona está la de Mayte Martín, a quien admiro mucho. Pero pienso que el flamenco es algo que te tiene que nacer de dentro y gustar mucho. Lo de la calle es porque el flamenco es de los gitanos mayormente. Y ellos lo aprenden en las fiestas y en los patios de sus casas. Es una forma de vida.

-¿Cómo valora la presencia del flamenco en premios como los Grammy Latinos?

-Es buena. Es un género respetado. Es cierto que hay gente que tiene una visión folclórica, que se piensa que vamos con el sombrero cordobés y la botella de vino al lado, pero creo que otros captan que es una música con mucha fuerza y pureza.

-¿Por qué los grandes artistas internacionales se atreven tan poco con él?

-Porque es muy difícil de fusionar. Se intenta, creo, pero es muy complejo. Hay artistas que meten mucha guitarra española, pero fuera de nuestras fronteras se atreven poco.

-¿Qué suele motivar un cambio de sonido en su trabajo?

-Una vivencia personal o escuchar cualquier música que de repente te sorprende. Los americanos, por ejemplo, en cuanto a sonidos están a años luz, pero de repente escuchas una cuerda y la quieres para ti.

-¿Qué disco le ha sorprendido últimamente?

-Lo último de Juan Luis Guerra. Tiene unas guitarras acústicas que suenan increíbles.

-¿Se atrevería con el reguetón?

-No lo sé. Es algo que debería surgir. La verdad es que el buen reguetón, como el de Calle 13, te hace bailar. Es la leche. A Calle 13 los conozco personalmente y pude estar con ellos en los Grammy y también en Miami, donde coincidimos con Alejandro Sanz.

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