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Extinciones

Extinciones

La evolución de la vida en nuestro planeta ha sido cualquier cosa salvo un proceso gradual y ordenado en el que las especies fuesen acumulando cambios a un ritmo siempre igual. Un cúmulo de sucesos a menudo caóticos se ajustaría mejor al retrato de lo que sabemos respecto de los principales acontecimientos que puntúan la historia de los seres vivos. Y entre ellos destacan de manera llamativa las grandes extinciones, esos acontecimientos súbitos en términos de tiempo geológico que llevaron a la desaparición de buena parte de las especies presentes.

Ha habido al menos cinco grandes extinciones a finales de los periodos Ordovícico (hace cerca de 420 millones de años Ma en adelante), Devónico (cerca de 375 Ma), Pérmico (252 Ma), Triásico (201 Ma) y Cretácico (66 Ma). Habría que añadir probablemente la extinción crucial de todas, cuando las bacterias cianofíceas liberaron el oxígeno típico de nuestro aire actual cambiando la atmósfera reductora de la Tierra en una época que se remontaría a cerca de 1.800 Ma . En ese caso se entiende bien la razón de la muerte generalizada de las especies anaeróbicas existentes entonces pero en los demás, los de las otras cinco grandes extinciones las mejor conocidas, por otra parte sólo de una de ellas es de dominio público su posible causa: la caída del meteorito que, a finales del Cretácico, llevo a los dinosaurios a la desaparición.

Un artículo aparecido en la revista Gondwana Research apunta hacia una coincidencia entre las extinciones del Ordovícico, Devónico y Triásico. De acuerdo con el trabajo realizado por John Long, de la School of Biological Sciences, Flinders University (Adelaida, Australia), y sus colaboradores, poco antes de esas tres extinciones se produjo una considerable reducción en los océanos de uno de los elementos-traza, esos nutrientes imprescindibles para la vida que se encuentran en cantidades mínimas en los organismos: el selenio. Los autores no sostienen que haya una relación de causa a efecto entre la disminución del selenio marino y la extinción masiva. Plantean que cada uno de esos enormes cambios en la historia de la vida fue el resultado de un proceso muy complejo con varios factores desencadenantes. La pérdida de selenio habría sido uno de ellos.

Si un meteorito precipitó el invierno oscuro y prolongado que resultó letal para los dinosaurios a finales del Cretácico dejando, por cierto, nichos libres para nosotros los mamíferos, si el selenio pudo contribuir a las extinciones del Ordovícico, Devónico y Triásico, ¿cómo se explica la del Pérmico, la más acusada de todas y tan súbita como para producirse en un solo millón de años? La respuesta es fácil de dar: no lo sabemos. Varias hipótesis compiten para explicar lo que sucedió, entre ellas la de otro impacto de un gran meteorito, sin que tengan una aceptación general. No conozco de nada al equipo de Long pero me extrañaría mucho que no estuviesen buscando ahora mismo alguna otra clave de la catástrofe de hace 252 millones de años.

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