La glosa, una de las formas de expresión folclórica de generaciones de gentes del campo mallorquín, junto a algunos de sus actuales intérpretes, fue la protagonista de la décima edición de la entrega del galardón Gota d'Oli, correspondiente al 2015. El Consejo Regulador de la DO Oli de Mallorca entregó ayer este premio a diez reconocidos glosadors isleños en la sala de plenos del Consell, institución patrocinadora. El galardón pretende distinguir, desde su creación, a una serie de profesionales de diversas ramas de la cultural, la ciencia, la economía y de las que se integra el tejido social y profesional de la isla. En esta ocasión ha querido homenajear a uno de los colectivos más arraigados en esta tierra, y que mantiene en plena vigencia una forma de expresar sentimientos, injusticias, trabajos y todo un sinfín de situaciones humanas, especialmente en zonas de su interior, en donde la agricultura sobrevive.

El presidente del Consell, Miquel Ensenyat, acompañado del conseller de Medi Ambient, Agricultura, Ramaderia i Pesca, Vicenç Vidal y el presidente del Consejor Regulador de la DO Oli de Mallorca, Josep Oliver entregaron las distinciones a los glosadors, la mayoría integrados en la Associació Cultural de Glosadors de Mallorca y a Els Canojos de Santa Cilia. Los premiados fueron: Francisco Muñoz, Foraster; María Bel Servera, Servereta; Joan Planisi, Campante, Macià Ferrer, Enfermer; Antònia Nicolau, Pipiu; Antoni Llull, Toledo; Llorenç Cloquell, Màgic; Jordi Cloquell, Artiller; Antoni Vives, Mostel y Felip Munar, Felip, colaborador de Diario de Mallorca. Los méritos de estos glosadors que mantienen vivo la casi ancestral tradición de la glosa fueron resaltados por Vidal, Ensenyat y Oliver en sus intervenciones. No faltaron alusiones a la gran cantidad de temas glosados relacionados con el olivo isleño y quienes lo cuidaron, trabajaron y recogieron sus frutos durante sus generaciones. "La Serra de Tramuntana, debido a su complicada topografía, da todavía mucho tema a los glosadors", aseguraron.