Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Miguel Dalmau: "Mi retrato de Cortázar es muy forense, la clave es que el muerto se ponga en pie"

"No haría una biografía de Vargas Llosa. Es un hombre afortunado y su trayectoria no me interesa"

Miguel Dalmau se define como un retratista "incómodo". m.d.

-¿Por qué una biografía de Julio Cortázar?

-Fue una figura muy importante para mi generación. Una biografía es un retrato. Si un biógrafo es un retratista, ese pintor va escogiendo los modelos que le gustan.

-¿Cómo ha sido gestar Julio Cortázar. El cronopio fugitivo?

-El proceso es similar en todas la biografías. Se observa atentamente el modelo y surge un proceso de documentación. En el caso de un escritor, tienes que leerlo todo para ver qué dice él de sí mismo y qué dicen los demás. Un retrato pictórico es muy visible pero en literatura tienes que hacerlo a través de la palabra, tienes que sustituir los colores por palabras. Ello te obliga leer mucho y hablar con muchas personas.

-Una vez retratado, ¿cómo definiría al autor de Rayuela?

-Es una persona muy especial y muy difícil de encontrar hoy en día en el ámbito intelectual porque era una persona esencialmente generosa, con muy poca vanidad y muy interesada en el ser humano. Actualmente los seres humanos no son generosos, tendemos a creernos más de lo que en realidad somos y en el fondo nos interesan muy poco los demás.

-¿Qué es lo que más le ha impactado sobre Cortázar?

-Me ha impactado que una persona que aparentemente parecía tan libre en su literatura y tan valiente a la hora de comprometerse con los desfavorecidos o con los pueblos oprimidos, estuviera bastante esclavizado por las mujeres de su familia y en ciertos momentos también esclavizado por sus demonios personales. Me ha chocado este contraste de una persona muy libre, muy pura y muy fresca pero que no hubiera roto el cordon umbilical y estuviera tan pendiente de su madre.

-Las mujeres le marcaron.

-Absolutamente porque el padre los abandonó cuando tenía dos años. Creció en un ambiente rodeado de mujeres, era un niño muy sobreprotegido y muy tímido. No tuvo una educación compartida. Estuvo 15 años escondido en un torreón leyendo todo lo que cayó en sus manos. Fue una criatura de laboratorio.

-¿Es duro tener un año la biografía guardada en un cajón?

-A los escritores no nos gusta, pero estamos acostumbrados pero en este caso me molestaba el veto, la prohibición. Hay muchos escritores que no les publican su obra y hay que tomárselo con paciencia. Aquí había una cosa añadida que no es habitual en una democracia y eran las prohibiciones, las amenazas o las persecuciones.

-¿Por qué cree que le prohibieron su publicación Carmen Balcells y Aurora Bernández?

-Supongo que había intereses. Tengo una trayectoria y soy un retratista incómodo. Tenía mis antecedentes. Había escrito sobre los Goytisolo, sobre Gil de Biezma y que quisiera hacer algo sobre Cortázar no era una buena noticia para algunas personas, que querían mucho a Julio como era la antigua mujer y su agente literaria. Eso sí, nadie puede negar de la buena fe de estas personas.

-Mujeres que seguían protegiéndolo.

-Sí, 30 años después de su muerte seguían protegiéndolo.

-No poder usar citas del escritor le obligó a reescribir el libro en estilo indirecto.

-Conservo las citas imprescindibles. De todos los biógrafos de Cortázar, soy el que menos citas he utilizado a pesar de tener el libro más extenso y más documentado.

-¿Cuál es la afirmación más controvertida del retrato?

-Más que una afirmación comprometida, he ido alumbrando zonas del retrato de la figura que estaba dibujando. Cortázar era el icono intelectual de la izquierda. Todos creíamos saber cómo era esta figura. Poner de manifiesto la dependencia familiar o el fantasma del suicidio y de la locura que estaba presente en su familia y en él son algunas afirmaciones. Tuvo que luchar mucho para combatir eso, especialmente, a través de la literatura. También es interesante la manera de entender la sexualidad en la literatura. Lo hacía a través de la ternura y eso es muy de las mujeres de su casa. Cortázar es un escritor con mucho éxito entre las mujeres porque ha sido educado por féminas; era muy sensible a las cosas de las mujeres.

-¿Por qué nunca habló con Aurora Bernández?

-No quise saber nada porque es una mujer muy agradable, muy encantadora, de una gran cultura...Si uno quiere hacer un retrato un poco libre y hablas con ella, estás muerto. A los biógrafos les enseña la casa, la mesa donde había escrito Rayuela, los papeles, se hacían fotografías con ella... Mi biografía es una biografía no autorizada pero las otras eran "secuestradas" o aquejadas del Síndrome de Estocolmo. La mía es la no autorizada pero las otras eran demasiado deudoras con todo este cordón policial que le querían poner. Un cordón que además te amenazaba. Cualquier lector de Cortázar que lea esta biografía, cuando termine le seguirá gustando y descubrirá cosas que no sabía. Acabará admirándolo más que antes.

-A pesar de los obstáculos, ¿es el libro que quería escribir?

-Sí, estoy seguro.

-¿Es su mejor producción?

-Es la más ajustada.

-¿Qué cree que diría Cortázar si pudiera leer su obra?

-Hay pasajes relacionados con su intimidad que no le harían feliz, pero en conjunto valoraría el retrato. Se reconocería pero diría era necesario contar todo esto. Hago un tipo de retrato que es muy forense, hago autopsias. En una biografía, la clave es que el muerto se ponga en pie.

-¿Qué es lo que más le atrae de la obra de Cortázar?

-Me gusta que siempre estaba buscando lo que había detrás de la puerta. No se conformaba con con la versión oficial. A través de la literatura, buscaba qué había más allá y encontraba cosas.

-Entonces como Miguel Dalmau al hacer sus retratos.

-Si uno hace un retrato aplicando la aptitud que él tiene, al final, acaba encontrando cosas de él al otro lado de la puerta.

-¿A qué personaje de hoy en día le gustaría retratar?

-No lo sé. El problema es que cuantos más retratos haces, más exigente te vuelves con el modelo. Después de Cortázar, ya no haría una biografía de Mario Vargas Llosa porque tiene mucho menos interés. Es la historia de un hombre afortunado, que triunfa desde el primer momento, que es admirado por sus lectores, millonario y que al final se enamora de la Presley. Esta trayectoria no me interesa nada. Después de pasar por un revolucionario como Cortázar, ya no quiero retratos de gente oficial. Quiero gente que ame la vida, que se equivoque y que sea valiente. Ya solo puedo hacer biografías de este tipo de gente.

Compartir el artículo

stats