La víspera de la concesión del premio Planeta 2015, cuyo ganador se conocerá esta noche, se convirtió ayer en un sentido homenaje a José Manuel Lara Bosch, un empresario de "extraordinaria capacidad estratégica e ilimitada voluntad de trabajo hasta el final", en palabras del actual presidente del Grupo, Josep Crehueras.
Sus máximos responsables, entre ellos su hijo José Lara, consejero delegado, así como todos los miembros del jurado de esta 64 edición, y también los periodistas presentes en la rueda de prensa que se celebró en el antiguo hospital de Sant Pau, elogiaron la figura de un hombre que tras veinte años entregado a su empresa falleció, víctima de un cáncer de páncreas, el pasado mes de enero, a los 68 años de edad.
"Es un año especial y queremos compartir el recuerdo", señaló Crehueras, compañero de Lara durante 30 años, veinte de los cuales como vicepresidente del Grupo. "Es un gran vacío. Era un magnífico editor, lector empedernido y muy amigo de los lectores. Buena persona, grande y transparente. Con él se sabía siempre lo que pensaba, ya fuera de fútbol, política o de la empresa familiar", subrayó.
Independencia y exilio
El hijo del homenajeado, José Manuel Lara García-Piriz, se mostró muy emocionado, con lágrimas en los ojos, y quiso recordar la contundente frase que su padre pronunció en 2012, cuando dijo que "si Cataluña fuese independiente, Planeta tendría que irse a Madrid, Cuenca o Zaragoza". Preguntado sobre si el Grupo se mantiene fiel a ese extremo, tanto él como Crehueras se ratificaron en esa posición: "Pensamos exactamente lo mismo que en 2012".
"Seguro que mañana [hoy para el lector] vendrán ministros, presidentes, autores, empresarios... y quiero pensar que mi padre estará también allí", agregó su hijo.
Uno por uno, todos los miembros del jurado también se sumaron al recordatorio. Carmen Posadas recordó que "siempre estaba pendiente de los pequeños detalles" y ensalzó su "enorme inteligencia"; mientras que Rosa Regàs, a quien Lara llamaba "mi escritora roja preferida", elogió que consiguió crear "un imperio de editoriales, en el que cada editorial mantiene su propia política, cada una dice lo que quiere", y agregó que era "una persona con una idelogía tan sólida que le permitía respetar todas las opiniones".
El poeta y académico Pere Gimferrer recordó la relación que mantuvo durante años con el que fue su "compañero de pupitre", una persona de "noble inteligencia" y "básica lealtad humana".
Por su parte, el miembro del jurado más antiguo del premio, Alberto Blecua, destacó su "labor inmensa para el mundo de las letras, tan desvalidas en estos momentos, después de que las leyes hayan eliminado la literatura en el bachillerato, porque no hay peor pueblo que el que no lee".
"El viejo Lara -el padre del homenajeado- entendía de números y su esposa Teresa sabía de libros, y José Manuel fue el resultado felicísimo de esas dos sensibilidades", expresó Juan Eslava.
Por último, el escritor Fernando Delgado le definió como "empresario moderno y emprendedor" y confesó que añora en la España actual "su espíritu de verdadera convivencia (...) Fue tolerante y un auténtico valiente".
