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Cine

Isaki Lacuesta: "El cine nació bastardo y debe serlo por definición"

El cineasta que ha trabajado con Miquel Barceló imparte una clase magistral en Palma con motivo del programa ´Es Baluard Image Research´

El cineasta Isaki Lacuesta, ayer durante su ´masterclass´ en Es Baluard.

­El cineasta Isaki Lacuesta desembarcó ayer en Es Baluard para impartir la clase magistral titulada El cine en crecimiento cuyo objetivo era ayudar a profundizar en la decodificación de la imagen en movimiento y su relación con el arte contemporáneo. El autor de Los pasos dobles y El cuaderno de barro (películas con las que triunfó en San Sebastián y Biarritz y en las que trabajó con el pintor Miquel Barceló) disertó sobre el diálogo constante del cine con otras disciplinas como música, literatura o arquitectura. Eso sí, dejó claro a la quincena de asistentes que bajo su punto de vista no se trata de "otras disciplinas" si no que forman parte de la esencia del cine.

En el curso se planteó cómo la creación cinematográfica se puede abordar de infinitas maneras, "a partir de la exposición de trabajos propios que ahora mismo están en proceso de construcción como, por ejemplo, largometrajes, instalaciones, series..."

Esta clase magistral se enmarca dentro del programa Es Baluard Image Research. El cineasta explicó que entiende el cine como un arte impuro porque "al nacer tarde, nace cargado e impregnado de todas las tradiciones ya sean literarias, teatrales o pictóricas". "El cine nació bastardo y tiene que serlo por definición. Es bueno que lo sea hasta el final", sentenció.

Cine desplazado

El taller, que se prolongó durante tres horas, arrancó con la ponencia titulada "especies de espacios" en referencia a que "el cine ha sido más desplazado, es decir, se escapa de la propia pantalla". Así, el cineasta catalán de ascendencia vasca sostuvo que "el cine contemporáneo ha perdido la posición central del siglo XX. "Vale la pena asumirlo y aprovecharlo para nuestro bien", aseguró. Luego, recordó que el cine en el siglo XX fue el principal motor de difusión de conocimiento y de entretenimiento pero ahora ha dejado de serlo". "Eso no es ningún descrédito ni ninguna pérdida irreparable", afirmó. "Sospecho que el cine estará dando guerra mucho tiempo", aventuró. "El cine va a ser un zombi toda la vida, que es un papel que le pega muy bien", añadió.

El director, que confesó que se "niega a renunciar a las salas de cine", recordó que hace 15 años el mundo del arte y del cine se miraban "con más recelo" pero fue a partir de finales de los 2000 cuando los cineastas se metieron en los museos. "Empezaron a hacer películas e instalaciones que fueron reconocidas desde el ámbito museográfico y por los artistas plásticos y viceversa", justificó.

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