Nòmades traginant el seu jardí es el título del nuevo trabajo de Joan March Torrandell (Pollença, 1958), una serie de pinturas de pequeño y gran formato, con guiños al mundo onírico, próximas al surrealismo, que se exhibe desde hoy y hasta el 20 de noviembre en la galería Lluc Fluxà (Can Ribera, 4).

"Me siento un nómada al nivel del alma y en los dos últimos años también a nivel más personal. Me gusta picotear todo lo que pueda de allí donde sea. Me enriquece, sobre todo a un nivel más íntimo", confiesa este artista que exhibe sus nuevas obras, todas creadas este 2015, junto a un conjunto de ilustraciones concebidas para 13 relatos inéditos.

Con este trabajo, March Torrandell confiesa que se ha visto "obligado a rescatar técnicas" de su época figurativa, un ejercicio "muy gratificante y constructivo" desde el punto de vista artístico, al "tener que sincronizar mi lenguaje y que al mismo tiempo se atenga a la naturaleza de los relatos", subraya.

Las piezas se han realizado "a medias entre Pollença y Valencia", ciudad en la que germinaron sus "semillas plásticas, dibujos microscópicos" que posteriormente desarrolla y fructifican en "escenografías, historias y conjuntos", en definitiva, en "organismos plásticos con entidad propia", explica su autor.

March Torrandell, un "apache anten la vida", considera la pintura como "una acción" y también como "un proceso meditativo que te pone en un estado de trance". Le gusta pintar "en soledad y en la noche" aunque reconoce que hacerlo en compañía "también es enriquecedor y liberador".

"Siempre he pintado como he querido", aclara este artista de formación autodidacta que sigue un principio: "Tu trabajo, plásticamente, tiene que ser válido. Hago lo que me sale del alma, sin pretensiones ni querer epatar con la actualidad, guste o no".