"Adiós a Jean Schalekamp, mi traductor al holandés. Excomunista duro, buen escritor, excelente persona, gran tipo", escribió en Twitter el académico y autor de la saga Las aventuras del capitán Alatriste tras leer la noticia de su muerte en la web de DIARIO de MALLORCA.

Jean Schalekamp también deja una huella profunda en Mallorca, una isla a la que se entregó y en la que cultivó un valor esencial, el de la amistad. Sus camaradas, los primeros, los que le conocieron al poco tiempo de llegar, en 1959, con dos de sus tres hijos, y los últimos, subrayan que "era una persona que se hacía querer" y que "contagió energía a muchos mallorquines".

Así lo afirma el escritor y catedrático Gabriel Janer Manila. "Contagió energía y también ánimo y coraje. Fue un traductor extraordinario pero sobre todo una gran persona, un hombre excelente", confiesa el traductor al catalán de una de sus obras capitales, Mallorca, any 1936. D'una illa hom no en pot fugir.

Un libro que 's'holandés', como le llamaba el historiador Josep Massot i Muntaner, empezó a tomar forma cuando un buen amigo suyo, Jaume Adrover, le puso en contacto con familiares y víctimas del franquismo y que para el propio autor "fue como una justificación, porque en cierto modo me sentía culpable de vivir bajo una dictadura fascista. El libro fue mi penitencia", aseguró en uan entrevista concedida a este diario en junio de 2011.

"Es un libro muy interesante porque se construyó a partir de testimonios orales de los vencidos, testimonios que recogió en lengua catalana. Al no dominar el catalán lo escribió en castellano, y me pidió si lo quería volver a pasar al catalán. Acepté la retraducción. Fue un proyecto muy interesante, extraordinario, un extranjero rescatando testimonios de una tragedia colectiva, pero también duro porque Franco aún vivía", señala Janer Manila.

Sincero en todos sus actos

El periodista y escritor peruano Coco Meneses, instalado en la isla desde 1963, entabló una "estrecha amistad" con Schalekamp. Coincidieron en tertulias y muy pronto empezaron a frecuentarse. "Su familia era muy agradable", recuerda. "Siempre admiré y me sorprendió que escribiera con tanta facilidad en una lengua, el castellano, que no era la suya", agrega Meneses.

Para el autor de La noticia, Premio Nacional de teatro de Perú, "había sinceridad en todos los actos de Schalekamp", una persona "muy seria, siempre dispuesta a ayudar, nada egoísta". Era un "extranjero en Mallorca pero integrado en la sociedad mallorquina. Vivía encantado en la isla y llegó a hablar en alguna ocasión en catalán. Me estás ganando, le decía yo".

También en los años 60 le conoció el escritor Antoni Serra. "Fue en su casa de La Vileta y desde entonces mantuve con él una estrecha realación. Hablábamos y discutíamos sobre la Guerra Civil y siempre se mostró muy preocupado por la problemática que hubo en Mallorca. Era una de sus obsesiones", subraya.

Serra destaca que "era una persona muy lúcida" y entregada a la investigación: "No le bastaba con saber una cosa, tenía que analizarla hasta el último extremo".

Detrás de su "aparente timidez", continúa el autor solleric, atesoraba "un gran sentido de la amistad y de la honradez. Era muy sincero".

"Era un hombre mágico capaz de sacar los colores de la vida", expresó el director y productor Cesc Mulet. Ambos se conocieron a raíz del documental D'una illa hom no en pot fugir, basado en el libro homónimo del escritor holandés. Una cinta que se estrenó en 2011 en el Club DIARIO de MALLORCA y que "no busca despertar ni remover conciencias", pero sí intentar que a través de los testimonios de los vencidos el espectador se quede sin palabras, indicó su director, para quien la biografía de Schalekamp "es lo bastante estimulante como para dibujarla en formato audiovisual".

"Me quedo con su mirada, con sus paseos por el jardín de su casa de Costitx y con su amistad. Me enseñó la verdad", comentó Mulet.

Los restos mortales de Jean Schalekamp serán incinerados el próximo viernes, a las 10 horas, en el tanatorio municipal de Inca, en la calle Menestrals del polígono de can Matzari. Sus más allegados le darán el último adiós mañana jueves, de 17 a 20 horas.