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Converses Literàries a Formentor/ Entrevista

Francisco Ferrer Lerín: "El mal no es una cuestión cultural, es un problema de la mente y de la salud"

Francisco Ferrer Lerín, ayer, en los jardines del Hotel Formentor. Isaac Sutorras

Escritor heterodoxo en las letras españolas pero sin esa aura misteriosa atribuida a los raros, Francisco Ferrer Lerín (Barcelona, 1942) es simpático y socarrón. Y sobre todo poeta. "Todas las personas inteligentes somos buenas", asegura.

-¿De dónde surge Familias como la mía y cómo la relaciona con el mal?

-Yo soy ornitólogo. En los años 60, por entonces era estudiante, con otros ornitólogos catalanes empezamos a ver que las poblaciones que quedaban en la península en ese momento de grandes aves necrófagas estaban desapareciendo. El motivo: la ganadería y la agricultura tradicional estaban cambiando. Y los tractores estaban sustituyendo a los mulos y a los burros. Lógicamente, un buitre no se puede comer una rueda de tractor. Cuando en Barcelona vimos esa necesidad, empezamos a buscar restos cárnicos para poder llevarlos a estas aves al Prepirineo catalán. Y ahí es donde empieza la cosa. En este punto no veo índice de maldad ninguna. Otra cosa es que luego en pleno delirio conservacionista pues en algún momento hayan ocurrido cosas que quizá son reseñables. Como la historia que yo cuento quizá exagerada de unos restos humanos que se dejan para que estos animales coman. Tampoco es un acto perverso ni difamante porque sabemos que las culturas asiáticas, por ejemplo en Nepal, los cadáveres adultos se dejan a exposición del pico de los buitres y ni se entierran ni se queman. ¿Qué quieres que te diga: entre que te coma un gusano o te coma un buitre? Esto es cultural. Pero tiene una carga de perversidad, de infamia. En el derecho romano, uno de los oficios infamantes es el sepulturero. El mío es mucho peor que el del sepulturero, pues éste esconde el cadáver y nosotros lo ponemos a exposición pública.

-De todos los malos populares de la literatura, ¿por cuál siente una especial inclinación?

-Por ninguno. El mal no es algo que me atraiga especialmente porque el origen del mal lo veo siempre como un problema de la mente, de la salud, porque muchas veces tiene origen neurológico. No es una cuestión cultural como se ha dicho. Es algo que tiene que quedar en manos de especialistas médicos.

-En estas conversaciones se ha hablado poco del mal en la poesía. Usted es sobre todo poeta. ¿Por qué no ha elegido el verso?

-Hay títulos paradigmáticos, desde Las flores del mal de Baudelaire. Luego hay escritores, sobre todo hispanoamericanos, como Macedonio Fernández o quizá Lamborghini en su primera etapa de publicación, en los que el mal estaba muy presente. Pero el mal está muy vinculado a la narrativa. La gente con la poesía no se atreve. Yo aquí he traído dos libros míos: mi novela Familias como la mía y el poemario Hiela sangre, los dos publicados por Tusquets. Este último es un libro que a la gente le echa para atrás. No estamos acostumbrados a leer poesía.

-¿Se considera poeta?

-Me considero escritor. Creo que hacer una distinción entre escritor y poeta es una cosa equivocada. Un escritor es el que escribe ecos de sociedad en un diario, crónica taurina, poesía, relatos... Ahora me encuentro muy cómodo. Tengo un blog donde cuelgo entradas que tienen un formato en el que yo me desenvuelvo muy bien. Son prosas, algunas podrían ser incluso poéticas, de una extensión muy determinada.

-¿Sigue viviendo apartado del mundanal ruido?

-Hasta cierto punto. Vivo en Jaca. Es una población que está en el Pirineo, una zona de esquí. Todo el País Vasco lo tenemos ahí porque los vascos y los navarros no tienen estaciones de esquí. Nosotros vivimos en una urbanización que el 90% del tiempo está vacía porque la ocupan vascos que sólo van a esquiar. Tiene una vida nocturna extraordinaria. Y luego estamos a 30 kilómetros de Francia, donde tengo muchos amigos. Voy mucho a Barcelona porque soy barcelonés. Hasta ahora no tengo problemas en ir. A partir de mañana [hoy] ya veremos. Igual nos ponen una frontera o un salvoconducto. No, esto es una exageración. Pero estamos preocupados.

-¿Qué cree que va a pasar?

-Estoy seguro de que mañana [hoy] no se va a declarar la independencia. Pero en cualquier caso el daño ya está hecho, las familias están partidas. Me da miedo ir a Barcelona a una cena o comida porque se acaba hablando de esto y se termina en una discusión y en una violencia tremendas. Es un problema grave para Cataluña y para el resto de España. Cataluña es una pieza fundamental, supone el 20% del PIB. Aquí no sabemos qué va a pasar. Son dos posturas inamovibles. De todos modos, Cataluña tiene transferidas todas las competencias. Y el tema de la lengua está perfectamente resuelto. Toda la enseñanza es en catalán."Estoy seguro de que no se va a declarar la independencia, pero el daño ya está hecho"

-El tema económico es clave para Cataluña.

-Vale, pero en este momento si no es por el Estado no pueden pagar la Seguridad Social. Es así.

-¿La ornitología encierra algún tipo de poética?

-Ninguna. Para mí la naturaleza es la antítesis de la creación literaria. La naturaleza sólo la veo desde la perspectiva de un científico. El léxico científico es un aporte fundamental para el léxico de la poesía. Los grandes teóricos siempre han dicho que un escritor ha de tener un oficio paralelo pero yo pienso que hasta cierto punto es así. Lo ideal es que tú seas poeta y albañil al mismo tiempo. Es decir, el albañil tiene una serie de nombres que se pueden aplicar a la poesía. Este punto bucólico que se tiene de la naturaleza no me dice absolutamente nada. Jamás he hecho un texto que refleje eso.

-¿Sigue siendo tan buen jugador de póquer?

-He sido muy bueno. Estoy dotado para esto. Pasé más tiempo jugando a póquer en mi época universitaria que en la facultad de Medicina. El póquer es un juego apasionante que lo practicaba en Jaca hasta que mis niños, tenemos dos hijos, tuvieron que ir al instituto y un día mi hijo me dijo: "Oye, papá, me ha dicho un compañero que su abuelo este verano no va a poder ir a Benidorm porque le has ganado el dinero". Esto es verídico. Y lo dejé."Después de 33 años sin escribir, la novela ´El jugador´ de Dostoyevski me devolvió a la literatura"

-La figura del jugador es muy literaria. De Dostoyevski.

-Pues mira qué cosa has dicho. La novelita El jugador de Dostoyevski es lo que me supuso volver a la escritura después de 33 años sin escribir. Me llamaron de Barcelona para dar una conferencia dentro de un ciclo de pasiones literarias. Sabían de mi habilidad con los naipes. Y me pidieron a ver si quería hablar de la pasión en el juego. Y hablé de la novelita de Dostoyevski. Cuando terminé la charla y la gente ya se retiraba, levanté los ojos y vi cómo cuatro o cinco individuos fueron progresando hacia mí. Me asusté. Me empezaron a tocar, a besar, eran seguidores durmientes que llevaban 33 años esperando un libro mío.

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