El afecto "personal y estético" que el fotógrafo Toni Catany y el artista Miquel Barceló se profesaban queda al descubierto en el Claustre de Sant Bonaventura, en una exposición que muestra el "feliz diálogo" que se estableció entre la obra de estos dos grandes creadores a lo largo de 2010 y 2011.

La muestra Toni Catany. Ceràmiques de Miquel Barceló tiene su origen en 2010, cuando Barceló propuso a Catany -fallecido en octubre de 2013, a los 71 años- que retratase las cerámicas en las que trabajaba. "Catany, encantado, aceptó la invitación y de un modo totalmente libre" realizó durante dos meses sesiones de trabajo en la teulera de Vilafranca de Bonany que adquirió el pintor, señaló Antoni Garau, director de la Fundació Catany y comisario de la exposición.

"Algunos días coincidió con Barceló, en un ambiente distendido, una relación de complicidad entre uno y otro que puede respirarse en esta muestra", agregó el comisario.

El resultado de aquel encuentro es un libro, publicado hace unos días por la prestigiosa editorial RM y que con una tirada de mil ejemplares podrá adquirirse en Sant Bonaventura, y la citada exposición, para la que Barceló ha seleccionado personalmente un total de once piezas con las que completa la muestra, algunas de las cuales corresponden o se iniciaron en el período de tiempo en que el fotógrafo consumó su trabajo.

El recorrido por la exposición se inicia con dos citas de ambos artistas. Barceló desvela que sus obras de arcilla y sus pinturas "están llenas de grietas y accidentes, con la esperanza de que alguien les encuentre algún sentido". Catany, por su parte, escribe: "Inventar una imagen, una composición, para expresar un sentimiento, una sensación, con unos objetos y a través de unos objetos. Fografiarla, y la composición desaparece con la descomposta de los objetos. Queda, solamente, la imagen registrada para despertar en los otros, otros sentimientos, otras sensaciones".

El comisario describió el diálogo entre ambos como "fructífero" y subrayó que tanto Catany como Barceló poseen "dos personalidades muy fuertes". La obra de Barceló "es muy contundente y clara" y Catany "también tiene muy claro aquello que quiere hacer".

Cuatro años perdidos

Por otra parte, el presidente de la Fundació Catany, Miquel Bezares, lamentó que con el anterior Gobierno "no se avanzó nada en cuatro años" para que el Centre Internacional de Fotografia Toni Catany se convierta en una realidad. El ambicioso proyecto continúa en punto muerto pese a contar con una partida de 4,5 millones asignada en un convenio por el Gobierno central desde 2011. "El Centre es responsabilidad del Consell y hay voluntad de que participen el ayuntamiento de Llucmajor y el Govern. Solicitaremos una segunda prórroga para disponer de esos millones -se tienen que gastar en 2016- y haremos una hoja de ruta", avanzó.